|| Capítulo 49 ||

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Ilusiones erróneas.


Khan.


Encendí y apagué el maldito encendedor en mi mano una y otra vez, el club estaba cerrado así que el silencio reinó en mi oficina, y menos mal o me volvería jodidamente loco. Sentía que la cabeza iba a estallarme en cualquier momento.

Lo que menos necesitaba hoy era una maldita pelea entre Kassia y Zaira, joder con esas dos. Las mujeres eran tan inestables y capaces de trenzarse a golpes con una simple mirada.

Mierda, ¿quién demonios las creó? Estaban dementes.

—Señor —Karol entró y la miré.

—Toca la maldita puerta.

—Lo siento, pero el señor Blade me llamó diciéndome que usted no responde su móvil y por eso yo tuve que pasar sin permiso...

—Cállate y ve al punto —le corté cuando comenzó a despotricar pura idiotez.

—Dice que es urgente y que lo llame.

—Lárgate —tomé mi móvil y me puse de pie cuando ella se fue, Blade tomó la llamada de inmediato —. ¿Qué pasa?

—Es Kassia, está en el hospital.

—¿Su mano? —bufé.

—No, al parecer es algo más grave, Elaine fue para allá, solo te avisé porque como el cabrón que eres seguro te enteras luego —me colgó y apreté el móvil contra mi mano. ¿Y ahora qué carajos pasó?

Tomé mi abrigo y salí del club cuanto antes, abordé mi auto y me fui hacia el hospital. No necesitaba más problemas de los que ya tenía.

Apenas llegué al hospital empujé a todo aquel que se metió en mi camino, las enfermeras trataron de apartarme, pero no me importó y también las empujé fuera de mi camino. Vi a todos en la sala de espera y se pusieron de pie al verme.

—¿Qué demonios pasó? —me fui contra Liam y me miró.

—Señor, la señora comenzó a sangrar de repente, no sé bien lo que le pasó, solo se desmayó —explicó y lo solté.

—No puedes entrar, están los medic...

Ignoré a Rebeka y fui hasta la habitación de Kassia, entrando. Ella tenía los ojos en su mano vendada, no se molestó en alzarla en mi dirección.

—Señor, no debería...

—¿Qué te pasó? —le pregunté directamente a ella, pero no dijo nada. Mis dientes se apretaron con fuerza, haciendo que mi mandíbula doliera de tanta presión.

Su puta actitud me sacaba de las casillas y odiaba eso. No la entendía un carajo, no sé cómo mierda comprenderla cuando hace jodidos dramas de cría caprichosa.

—Largo —demandé a los médicos, se retiraron todos y me dejaron con ella a solas, caminé por la habitación lentamente y me paré delante de la camilla y alzó la mirada lentamente hacia mí, pálida —. ¿Vas a decirme lo que te pasó o simplemente debo adivinarlo?

—¿Te importa? ¿Por qué no te vas a trabajar y me dejas jodidamente en paz?

Abrí la boca para decirle algo, pero Elaine entró a la habitación, Kassia dirigió su atención a ella y quise romperle el cuello por interrumpir lo que no debe interrumpir como maldita vieja metiche que era.

—¿Te vas ya? —me dijo la rubia y se fue en dirección a mi mujer.

—Reza porque no te encuentre sola nunca, porque te mataré lenta y dolorosamente y créeme que Blade no se enterará que fui yo —la amenacé y me fui de la habitación antes de hacerlo ahí mismo. Maldita perra metiche.

Dulce Castigo [+21] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora