|| Capítulo 67 ||

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“Tan fuerte como tú ”


Khan.

Miré como Bean se mantenía al margen del velorio de su hermana mayor y como ni siquiera se acercaba al ataúd. Él siempre fue muy unido a su hermana pese a que no lo demostraba, pero era lo único que le quedaba en el mundo, y Benjamín acababa de quitárselo. Bean era silencioso, pero tenía su lado oscuro y retorcido que yo conocía muy bien de él.

Alzó la cabeza en mi dirección cuando llegamos al club, se acercó y lo miré.

—Tu hermana era de mi equipo desde hace años —le dije.

—Quiero romperle la cabeza al hijo de puta de Benjamín, pero antes, quiero que sufra viendo a su hija agonizar lentamente ante sus ojos, hasta que pida que lo mate —dijo, sin un ápice de emoción. Verlo a él es como verme a mí.

Kassia alzó la cabeza, no ha dicho nada desde hace dos días, se mantiene distante y con la mirada perdida. Se siente culpable por la muerte de Rebeka y el que las cosas entre ellas no hayan acabado bien.

Le he dicho que no se apegue demasiado, pero creo que eso es algo que jamás se le quitaría de encima, ser sentimental.

—Lo haremos —dijo ella y se puso de pie, estábamos en mi oficina, René, Malik, Stephan, Bean, Kassia y yo.

Blade y Elaine estaban en el hospital por problemas con su hijo al parecer, y unas heridas de la hija de Ronan.

—Yo me encargaré de buscar a Amy —le dijo Kassia y Bean la miró —. Tu hermana me salvó la vida, lo mínimo que puedo hacer por ti es ayudarte.

—No tendré compasión con ellos —le dejó claro.

—Espero que no —respondió ella y lo miró triste —. Cueste lo que cueste, esta vez ninguno se escapará.

Se metió las manos en los bolsillos de su chaqueta y se fue de mi oficina, quise seguirla, pero negó con la cabeza y se fue rápidamente del club. Niko la siguió atrás, sin perderla de vista.

Bean se fue y Stephan lo acompañó.

—¿Y ahora qué? Ellos volverán y aquí todos piensan con la cabeza en caliente, eso no es bueno, lo sabes —dijo René, tomé la botella de whisky y llené el vaso, cansado de las malditas ratas.

—Sí, hay que atacar con todo —propuso Malik, miré su cabestrillo y me miró mal —. Para atraer a Alexey, Elián o Benjamín necesitamos una carnada, y es la misma.

Bajé el vaso y se rompió en pedazos en mi mano cuando supe de lo que estaba hablando el hijo de puta.

—No la meterás de maldita carnada o te juro que te colgaré de las bolas —solté los pedazos de cristal contra el suelo y me acerqué a Malik, tomándolo del cuello de su blazer —. No. No hay negociación con mi mujer. Malditamente no.

—Sabes que ella diría que sí —dijo y le di con el puño en la mandíbula, callándolo.

—Khan —René me apartó y Malik cayó al sofá de nuevo, con la boca ensangrentada —. No hay que pelear entre nosotros, es lo que menos necesitamos ahora, pensemos con claridad.

—Kassia no será la carnada, y si le dan esa idea, los mataré a los dos.

Me fui de mi oficina y golpeé todo lo que tuve a mi paso, furioso. Esta contienda se encendió y el contraataque acabaría con ellos o con nosotros.

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