“Más que su sombra”
—¿Qué te pasa? —me preguntó Rebeka, salí de mis pensamientos y alcé la cabeza en dirección a ella mientras caminábamos por la casa presidencial.
—¿Qué?
—Te veo distraída —susurró.
Miré mi café intacto en mi mano vendada y suspiré, ella me había traído el café, porque me negaba a querer volver a esa cafetería donde tantas personas inocentes murieron.
Me pasé una mano por el rostro, frustrada.
—Si, estoy con un leve dolor de cabeza, es todo —sonreí de lado.
—Conozco esa sonrisa forzada, Kassia —ladeó la cabeza —. ¿Sucedió algo con Khan, de nuevo?
—No, mi vida no se basa en él —respondí, si, ciertamente esta molestia que sentía era su puta culpa, pero prefería tragarme mis opiniones y no exponer tanto mi vida personal en mi trabajo. Sé que con Rebeka puedo hablar mil cosas que jamás soltaría nada, pero no voy a darle el gusto a Khan de tomarle tanta importancia.
—¿Quieres que te traiga un café nuevo? Ese ha de estar frío —no me dejó responder y me arrebató el vaso, yéndose a pedir otro café para mí. Miré mi mano vendada de reojo y apreté el puño, sintiendo el tirón de dolor de mis nudillos. Aflojé el agarre brusco y me pasé las manos por el rostro, frustrada.
Mi móvil sonó y solo respondí, sin rodeos.
—Déjame en paz.
—Kassia, hasta que me respondes, no iba a dejar de intentarlo —habló Alexey —. ¿Ya te olvidaste de mí y fuiste del lado del hombre que decías odiar? ¿Ya te olvidaste de todas las cicatrices que te dejaron en la piel por el simple hecho de ser su esposa? Que rápida eres.
Cerré los ojos, abrumada.
—No es algo que te competa.
—¿Ya te llenaron la cabeza de mierda mía? Lo sabía, no perdieron el tiempo —se rio —, pero no olvides que este miserable te sacó de tu miseria y te volví a construir, Kassia. Soy un hijo de puta y lo fui con Khan, pero tengo mis razones, sin embargo, de querer haberte hecho daño a ti lo hubiese hecho.
—¿Quieres que te agradezca? Gracias, listo, déjame en paz. Estoy malditamente cansada de que todos se crean con el jodido derecho de creer que les debo algo cuando no es así —siseé entre dientes, cansada de toda esta mierda —. Nado entre la miseria, Alexey, tú no me sacaste de ella, porque aún lo estoy y sé que toda esa porquería que viví me golpeará de nuevo quien sabe cuándo.
—Veo que no le tomase importancia, porque estás con él. Khan disfrutó de su poder mientras tú eras sometida, ¿lo olvidaste solo porque te quiere a su lado? —bufó —. Eres más que la maldita sombra de él, tu apellido es tan grande como el suyo, él no es más que tú, deberías de saberlo muy bien. Piénsalo, quien te subestima es porque te teme.
Me colgó y me quedé unos segundos con el móvil en la oreja, pensativa.
—Ten —Rebeka me entregó el café y pestañee un par de veces cuando apareció de la nada.
—Gracias.
Lo acepté, ella era tan linda, hacía todo lo posible por hacerme sentir bien junto con Elaine que me marcaba y me escribía a cada rato.
Guardé mi móvil en mi blazer y bebí un sorbo de café, vi de reojo a Khan pasar sin mirarnos y no le tomé importancia.
En algo Alexey tenía razón, mi apellido era tan grande como el suyo, mi papá construyó Manhattan, ¿por qué debería de sentirme menos que Khan cuando no lo era? No era su sombra, ni la de nadie, no debería de creer que era menos solo porque tenía sentimientos.
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Dulce Castigo [+21]
ActionElla era una mujer de armas tomar. Él era un hombre bruto y violento. Todo había cambiado en estos dos años que habían pasado. El rencor, el odio y la venganza jamás iban a ser olvidados por ninguno de ellos. Resucitar del infierno era difícil, per...