⚜️ Capítulo V: Hora del té ⚜️

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Izan Aposteleanu

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Izan Aposteleanu

Hoy viene la familia Lacobescu a tomar él té, aún no sé lo que planea mi padre y por qué tanto interés con esta familia.

Estoy sentado en el balcón de mi habitación leyendo un libro en latín, es uno de mis idiomas favoritos y como futuro rey es necesario que hable o entienda varios idiomas; también estaba esperando a Rania para hacerle el interrogatorio de porque anoche salió y llegó oliendo a alcohol, aunque yo sabía dónde iba pero me gusta fastidiarla.

—Disculpe la interrupción Príncipe Izan, pero su padre dice que lo espera en el estudio —dijo un sirviente.

—Gracias dile que enseguida voy —respondí.

¿Para qué me podrá necesitar mi padre? —pensé que no había nada pendiente para hoy—.

Al salir de mi habitación me encontré con Rania, la cual me miró como que había visto al mismo diablo, seguro me estaba evitando para que no le pregunte nada de su escapada, solo la mire y dio una vuelta entrando de nuevo a su cuarto.

Seguí caminando y bajé las escaleras, me dirigí al estudio; entre y estaba mi padre en su mesa de trabajo donde tenía planos, mapas, y muchos papeles.

—¿Para qué me necesitas? —hable.

—Quiero hablar contigo antes de que venga la familia Lacobescu —dijo en tono serio.

Seguramente quería que tratáramos temas de negocios con el señor Miguel y me llamó para elaborar un plan estratégico.

—Dime.

—Quiero que salgas con Vanessa y después la conviertes en tu esposa.

Lo dijo como si fuera tan fácil.

—Espera que... —dije desconcertado.

—Como me escuchaste Izan.

—Pero yo no estoy enamorado, me parece una persona atractiva pero...

—No me importa si estás enamorado —interrumpió—, son negocios.

—Negocios... por eso tanto interés con esa familia, sabía que planeabas algo y dime a Rania le vas hacer lo mismo, la vas a casar por conveniencia —respondí enojado.

—Yo hablaré con ella luego —dijo.

—La verdad que eres increíble, eres un ser sin corazón y cómo puedes utilizar a tus propios hijos para tus negocios —lo mire y me fui.

—Izan... —llamó mientras yo salía por la puerta.

Salí de inmediato del estudio y me encontré en el pasillo con mi madre la cual solo me miró y bajó la cabeza, sabía que ella estaba de acuerdo con todo esto, la verdad no sé por qué me sorprende si ya esperaba esto de su parte, pero algo dentro de mí aún le tenía fe; porque siempre pienso que las personas pueden cambiar.

APOSTELEANU I: Tres MundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora