APOSTELEANU I: Tres Mundos

⚜️ Capítulo XXXV: Estrellas ⚜️

Rania Aposteleanu

Para los griegos, las estrellas eran una especie de guía en la navegación. Para mí, son pequeñas luces que guardan los secretos de la noche.

–Espera no corras tan rápido –dije tratando de soltarme de la mano de Efelios.

–¡Ya casi llegamos! –grito–, falta un poco.

Corrimos cuesta arriba hasta llegar a la punta de la montaña, el cielo se teñía de colores –sabía que pronto anochecería–.

–Quédate aquí y cierra los ojos –dijo.

Cerré mis ojos y sentí como una brisa helada pasaba por mi cara.

–Puedo abrirlos –dije impaciente.

–Espera un poco más.

Minutos después me dijo que los abriera, todo el cielo estaba cubierto por un azul intenso, pequeñas estrellas se fijaron en él, la luna en su máximo esplendor. Desde la montaña parecía que podía tocar el cielo con mis manos.

Sentí a Efelios atrás mío, con sus alas me cubrió.

–¿Te gusta? –preguntó.

No dije nada, solo podía sentir la brisa pegar en mi cara.

–No quiero que te vayas –susurre.

–Rania no puedo quedarme.

–Si tanto me amas, harías lo posible por quedarte.

–Sabes que no tengo el poder suficiente para quedarme.

Saber que Efelios pronto se iría de mi vida era algo que me costaba trabajo aceptar.

–Te amo –dije.

–Te amo –respondió abrazándome aún más fuerte como si no quisiera soltarme.

Sentir su calor, su corazón latiendo, sus manos rodeándome, sería de las cosas que extrañaría de él; con el sentí como si en el mundo solo existiéramos nosotros dos, cada escalofrío, cada mariposa que sentía al escuchar cuando me decía "te amo", todo eso siempre estaría marcado en mí.

–Tengo que contarte algo –me di la vuelta hasta tenerlo de frente–. ¿Paso algo?

–Dime –dijo pasando sus manos por mi cabello.

–Emmett...

–¿Paso algo con él? –preguntó.

–Ya sabe de ti.

Efelios bajo sus manos y en su rostro se tornó un gesto serio.

–¿A qué te refieres?

Le explique cómo habían sucedido las cosas, lo que hable con él y sobre todo lo que me dijo.