1840 en Rumania, Brașov.
El Príncipe se enamoró de un ser de luz, la Princesa se enamoró de un ser oscuro, pero pronto su amor se verá afectado por las decisiones de su padre, alguno podrá dejar su felicidad por el futuro del reino...
"El amor se f...
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Omnisciente
Pasaron solo dos semanas desde que Emmett le pidió matrimonio a Rania. Al parecer la boda no se iba a celebrar en grande, a pesar de todo aún seguían de luto después de meses de la muerte de Izan.
El rey no se interpuso al compromiso y la reina parecía querer arreglar las cosas con su hija, pero ya era demasiado tarde, no podían reparar todo el dolor que habían causado.
Rania parecía estar bien, el compromiso la había mantenido ocupada y alejada de todo lo que había pasado. Aunque a veces se sentía sola, no tomo en cuenta a su madre, la dejo a un lado. Anya la acompaño en todo el proceso de preparativos, las modistas habían estado trabajando duro porque el vestido quedara perfecto.
A la boda solo asistirán, el Rey, la reina, la monarquía húngara, el pueblo y los sirvientes del palacio, por supuesto Anya estaría en primera fila.
Rania Aposteleanu
No dormí durante toda la noche, no me arrepentía de mi decisión sobre casarme con Emmett, de hecho me parecía una buena y que cambiaría mi vida, pero pensé que este momento lo compartiría con mi hermano.
Di muchas vueltas en la cama hasta que me puse de pie, enfrente de mí estaba mi vestido, Layla corrió a pequeños pasos hacia mí, se sentó y admiro el vestido.
-Es hermoso, ¿no? -dije mirándola.
Ella solo movía su cola.
-Sabes, pensé que me casaría con otra persona, pero lo único que siento por él es odio.
Mi amor se convirtió en odio, o quizás era mi manera más fácil para aceptar a Emmett en mi corazón. Aún no olvido las palabras de Asmodeo.
"Por cierto, se me olvidaba, le conté a Efelios y no le importo, seguro no me prestó atención, tenía sus garras dentro de una chica, ya sabes, parte del proceso"
¿Tan fácil fue olvidar todo lo que había pasado entre nosotros?
Camine hacia el balcón, el viento pegaba en mi rostro, la mañana estaba hermosa, el sol, los pájaros cantando, es un día perfecto.
Camine hacia la puerta y salí.
-Hoy me caso -dije sonriendo a los guardias de la puerta.
Ellos solo asintieron devolviendo la sonrisa.
Baje las escaleras y camine hacia la cocina, Anya estaba preparando el desayuno.
-Despertaste temprano -menciono al verme entrar.
-Sí y esta pequeña no me deja dormir -dijo sosteniendo mi vientre.
-Será una hermosa princesa como su madre -sonrió.
-Gracias Anya, gracias por estar conmigo.
-Siempre te cuidare mi pequeña -acaricio mi cabello.
