1840 en Rumania, Brașov.
El Príncipe se enamoró de un ser de luz, la Princesa se enamoró de un ser oscuro, pero pronto su amor se verá afectado por las decisiones de su padre, alguno podrá dejar su felicidad por el futuro del reino...
"El amor se f...
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Rania Aposteleanu
—Rania, despierta.
Pequeños movimientos me sacudían hasta que abrí los ojos y toparme con la cara de Izan, me acomode para sentarme y él seguía sonriendo, ¿por que está tan contento?
—Deja de sonreír que me asustas —pase mis manos por mi cara.
Él caminó hacia una pequeña mesa que había en una esquina de mi habitación, dio la vuelta y en sus manos traía una caja.
—Date la vuelta y cierra los ojos —ordenó.
No tan convencida hice caso a su petición y gire dándole la espalda, cerré mis ojos y sentí como él movía mi cabello a un lado.
—Ya puedes darte vuelta y abrir los ojos.
Gire y en su mano tenía un espejo.
—Mírate —me lo dio.
Lo tomé hasta acercarlo y mi vista se dirigió de inmediato a mi cuello donde colgaba un collar con dos pequeñas perlas y una mariposa de diamantes en color morado.
—¡Dios mío Izan, es hermoso!
—¿Verdad que sí?, tengo buen gusto –dijo todo orgulloso por su elección.
—¡Gracias! —lo abrace.
—Me alegra que te guste —susurro a mi oído.
Lo aparté y le di un pequeño beso en su mejilla.
—Tengo que irme, ya casi amanece y usted señorita tiene que descansar para que esta noche brilles como el sol —dijo para así dirigirse a la puerta y salir por esta.
⚜️
Pequeños toques se escuchaban en la puerta, abrí mis ojos y traté de despertarme por completo.
—Pase —hable en voz alta.
Anya entró por la puerta con varios sirvientes quienes traían bandejas llenas de toallas y artículos de baño.
—Ustedes pongan esa comida en la mesa del balcón y regresen para acomodar la habitación —ordenó.
—Ya no saludas —hable con sarcasmo.
—Feliz cumpleaños Rania —se acercó y me abrazó fuerte.
—¡Me ahogas Anya! —grite.
—No dramatices —río—. Dentro de un rato vendrán a preparar el baño pero antes tienes que comer, yo me tengo que ir, hay muchas cosas que hacer —dijo levantándose para dirigirse a la puerta e irse.
