🦋 Capítulo XXXIX: Meiga 🦋

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Omnisciente

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Omnisciente

En lo más profundo del bosque, una pequeña hada con el corazón destrozado reposaba sus pies metidos en un rio de agua cristalina, donde solo se reflejaba la luna en ella. Lagrimas caían por sus mejillas hasta llegar a mezclarse al rio.

Ella no sabía cómo un simple ser humano podía hacerle tanto daño, no podía comprender el por qué su corazón aún seguía atado a él. Se preguntó muchas veces sobre sus sentimientos hacia Izan, al igual que él, ella estaba confundida.

Y así paso varias noches, sentada a la orilla del rio pensando en si ir a buscarlo o dejarlo ir, llenándose la cabeza de preguntas y dudas, por una parte se sentía arrepentida por decirle que se casara, pero sabía que ella no podía ofrecerle nada y su reino dependía de él.

En medio de un caos sobre reinos, herencias y beneficios, había dos seres que se amaban intensamente, que no tenían nada que ofrecerse y que cada uno venia de un mundo distinto.

Aun sabiendo que eso dolería, esa noche con el corazón en la mano a punto de destruirse por completo, Meiga veía como Izan ponía un anillo en el dedo de Vanessa.

Flora trato de que Meiga volviera su rutina de antes, intento muchas veces pero ella solo quería estar sentada a la orilla del rio. Mientras tanto Dafne cubría a Meiga inventando la excusa de que le ayudaba en su proceso de crecimiento como hada, al ser una de las hadas más antiguas la reina Aine confiaba en ella.

Y así fue, Dafne y Flora trataron de levantarle el ánimo cada día, hicieron de todo pero sus estrategias no funcionaron. Entonces pasaron los días hasta que al fin se puso de pie y camino hacia el portal que lleva al mundo de hadas, Dafne y Flora no podían creer lo que sus ojos veían, se pusieron de pie y fueron atrás de ella.

En el mundo de las hadas las cosas no habían cambiado nada, seguían entrenando y creando nueva magia, aún seguían pendientes de Efelios, si bien los problemas habían acabado pero estaban conscientes de que su presencia aún era una amenaza. Lo que aún no se explicaban es como se pudo controlar rodeado de humanos, claro pero no sabían que una sola persona o mejor dicho una princesa pudo hacer que el dejara a un lado su naturaleza. 

APOSTELEANU I: Tres MundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora