¿Te quedarás conmigo?

Reencuentro - Jiang Yanli

Pasado - Jiang Yanli.

El internado no era tan malo como muchos lo decían, bueno, en realidad eso era gracias a la nueva directora Wen Qing. 

Por lo poco que sabía Jiang Yanli, los padres de Wen Qing (los anteriores directores) habían fallecido trágicamente dejándola sola con su hermano menor: un omega. Gracias a eso, el reformatorio se volvió más blando. No más regletazos en las muñecas que dejaban una marca permanente, no más latigazos innecesarios solo por hablar antes que la profesora, ya no había un trato inhumano en aquel internado. 

Hace tres años que estaba aquí, cuando llegó habían cientos de omegas por doquier, esto era gracias a que el internado ya era conocido por ser menos salvaje que los otros, pero aun así, era estricto y severo. Por lo que era un internado ideal para cualquier líder o padre de familia que no quería ver sufrir a su hijo o hija. 

Jiang Yanli sigue recordando la primera vez que vió como una compañera suya fue castigada brutalmente hasta dejarla inconsciente solo por dirigirle la palabra sin permiso a un alfa de prueba.

El pánico y el miedo la llenaban, no quería ser golpeada o castigada. Así que siempre hacía las cosas bien, recibiendo leves halagos. Su vida era dura, siempre bajar la cabeza ante un alfa o ante sus mayores, no podía hablar ni quejarse, mucho menos ir en contra de una petición que le pareciera absurda o sin motivos. El castigo era duro para aquellos omegas que intentaban ir en contra, incluso el alma más eufórica y alegre se volvía gris en estas cuatro paredes.

Esa era su vida cotidiana, al menos lo era hasta que Wen Qing subió de rango a directora luego del fallecimiento de sus padres.

Ahora todo omega podía comer más de un plato de arroz, dándoles una dieta más saludable que solo un pequeña porción de arroz con un vaso de agua para que siempre tengan ese cuerpo "esbelto y delicado".

Ahora ya no tenias que madrugarte aprendiendo etiqueta y ética. Dormías a las 8 p.m. y te levantabas a las 6 a.m. 

Los antes ojos cansados de Jiang Yanli desaparecieron y volvieron a tener su brillo. Ella estaba realmente agradecida por este cambio, por lo que decidió llevarle unas galletas a su nueva directora como agradecimiento.

Caminó por los pasillos con tranquilidad, llevando las galletas en una bolsa color rosa, decorada con un lindo lazo lila. Había puesto todo su esfuerzo en hacerla, por lo que iba bastante contenta.

Eso hasta que llegó a la puerta de la dirección, escuchando una conversación que la dejó petrificada.

"Estamos casi al tope, no podemos aceptar más omegas. Máximo llegaremos a aceptar dos barcos más, luego de eso, cerraremos puertas."

Solo dos meses... ¡eso era muy poco tiempo!, si pasaba eso, no volvería a ver a sus hermanos en un largo tiempo. ¡Incluso algo peor! estos irían a otro internado, conoce que hay otros incluso más salvajes donde encadenan a los omegas, ver a cualquiera de sus hermanos en esas condiciones la hacían temblar, no podía dejar que eso pasara, incluso si llegan a castigarla por meterse en asuntos que no le incunben, debe dar un intento para convencer a Wen Qing para que ya no aceptara barcos por un tiempo, para que así sus dos hermanos llegaran a agarrar un cupo.

Con los pies temblorosos, Jiang Yanli se acercó a la gran puerta, tocando con delicadeza.

Aunque tardó unos minutos, la puerta fue abierta y de ella salió una joven beta, de túnicas rojas carmín y su cabello recogido en una coleta, junto un pequeño broche en forma de fuego al lado.