Capitulo 9: Conociendo Japón

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—¡Citla!— escuchaba una voz lejana mientras me mecían

—Mmh ¿que paso?

—Citla te volviste a quedar dormida en la sala, ni siquiera te cambiaste, toda la semana ha sido lo mismo.—me regaño preocupada mi mamá.

La semana había sido fatal, después del entrenamiento con All Might no tuvimos más combates no habíamos usado nuevamente los trajes, pero los entrenamientos eran igual de pesados.

—Perdón ma, me he sentido muy cansada esta semana.—hablé en medio de bostezos.—Creo que aún no me acostumbro a tantas horas en la escuela.

—Bueno, vente a cenar y súbete a dormir.

Durante la cena mis papás me contaban sobre su trabajo en la agencia y que en un par de semanas tendrían que salir unos días de la ciudad por una misión.

—¿Ya hiciste amigos?—pregunto mi papá.

—Eso creo, por cierto...— me sentía nerviosa por pedir permiso.— ¿Me dan permiso para salir mañana?

La pregunta los tomó por sorpresa, por que soltaron los cubiertos y casi se ahoga mi papá con el café.

—Por supuesto que si, llevas 4 meses encerrada aquí en la casa.— respondió alegre mi mamá.

—¿Con quien iras y a dónde?— pregunto inseguro mi papá.

—Con las chicas de mi clase, el otro día estábamos comiendo y salió la platica de que no conozco Japón y se ofrecieron a darme un recorrido por la ciudad.

—Está bien, pero te quiero aquí antes de las 9, ni un minuto más.— hablo nuevamente mi papá.

—Gracias pa, gracias ma.— agradecí contenta.

Terminé de cenar y me subí a acostar, no sin antes avisarles a las chicas que si nos veríamos mañana, todas se emocionaron por salir todas juntas.

Desperté temprano y fui a entrenar como siempre, esta vez entrene por menos tiempo para ahorrar energías por que no sabía a donde iría con las chicas.

Me vesti con una playera blanca de tirantes, un pantalón de mezclilla claro, unos botines color miel y un cardigan tejido del mismo color, dejé mi cabello suelto, maquillé mis ojeras y baje a desayunar algo ligero.

—Buenos días Citla.

—Buenos días.— me serví cereal y una taza de café.

—¿Emocionada?

—Un poco nerviosa, espero no perderme, ¿por cierto mi papá?

—Lo llamaron temprano a una misión, pero me dijo que te diera algo de dinero para hoy.— me dió $1000 yenes.— Y que te recordara...

—Que tengo permiso hasta las 9.—respondí con un tono burlón.— Ya se ma, saben que siempre llego antes de mi hora.

—Bueno, cuídate mucho hija, ya me voy a la agencia.—me dio un beso en la coronilla— Cualquier cosa nos marcas, por cierto ya llegaron los nuevos suplementos para ti y tu papá.

—Que bueno, las otras ya no me ayudaban mucho, además ya se me habían terminado.

—Por cierto, hablando de eso...—paro en seco y se puso frente a mi.— Debemos buscar otro nutriólogo, haz bajado mucho de peso y te cansas más rápido, no se me hace normal.

Casi me ahogo con el café por su comentario, pude mentirle a muchas personas, pero al nutriólogo no, se daría cuenta de inmediato.

—Eh si, habrá que buscar uno, le preguntaré a alguno de mis compañeros si conocen alguno.—estaba nerviosa.

Tu me salvaste (BNHA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora