Capitulo 43: Heights Aliance

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Los últimos días en casa los disfrute con mis papás como no lo habíamos hecho en mucho tiempo, me ayudaron a terminar de empacar las cosas que me faltaban para enviarlas a la escuela.

Pasamos toda la tarde de flojera, veíamos películas, pedimos pizza me contaban anécdotas sobre su vida como estudiantes y su historia sobre cómo se conocieron y se volvieron novios.

Extrañaba vivir momentos así con mis papás, entre su trabajo y la escuela teníamos poco tiempo como familia, el último año tuvimos muchos altibajos pero siempre volvíamos a ser una familia unida.

De cierta forma todo esto me ayudo a olvidarme por momentos de todo lo sucedido en el campamento y alejar el sentimiento de culpa.

El jueves por la mañana fue la mudanza oficial a los dormitorios, por lo que tenia que llegar a las 7:00 a.m. y despedirme nuevamente de mi familia.

—¿Llevas todo?

—Por décima vez mamá, si ya llevo todo.

—Si necesitas cualquier cosa no dudes en llamar e iremos a verte o llevarte lo necesario de inmediato.

—Lo se papi, pero una vez al mes nos dejarán salir para hacer despensa y comprar todo lo que necesitemos o nos haga falta.

—Por cierto ahora que lo recuerdo...—subió a su cuarto y en dos segundos regresó con nosotras.—Por si acaso llévalos.

Mi cara era un jitomate al ver la caja que me extendió mi papá, en ese momento quería que la tierra me tragara.

—Es enserio si no te los llevas no sales de esta casa, mas vale prevenir que lamentar.

—Papá solo tengo 15 años...

—Tu mamá tiene 35 y yo 37.— alzó su ceja de forma amenazadora.

Dudosa tome la caja de condones y la guarde en mi mochila, sintiendo demasiada vergüenza, aún que agradecía que fuera aquí en la casa y no en la escuela.

—Bien, entonces andando.

El trayecto a la escuela fue más corto que de costumbre por el nerviosismo de la nueva vida que comenzaría junto a mis compañeros.

—Cuídate hija, estamos a una llamada de distancia.— Me abrazo por última vez mi mamá y me dio la bendición.

—Lo haré ma.

—Jamás creí que te mandaría a un internado, pero las cosas nunca son como uno las planea, ven acá estrellita.—Me abrazo y al igual que mi mamá me dio la bendición.

—Gracias, los amo, les escribiré y llamaré diario para contarles todo lo que pase.

—Ya vete, no queremos avergonzar a nuestra señorita enfrente de sus compañeros.—se burló mi papá.

—Jamás me avergonzaría de ustedes ni de expresar cuanto los amo.—Me colgué del cuello de ambos y deposite un beso en sus mejillas.

Di una última mirada hacia mis papás y me despedí como si se tratara de el primer día con una sonrisa nostálgica.

Nos reunimos todos en el salón como lo había pedido Aisawa-Sensei, no había mucha emoción en el ambiente, sino que era algo tenso por el cambio, nadie hablaba, a pesar de que fuera una buena opción para cuidarnos, las causas de las mismas eran dolorosas para todos.

Cuando por fin estábamos todos, el sensei nos guió por los jardines hasta los dormitorios, el trayecto duro aproximadamente 5 minutos, cuando estuvimos fuera del edificio comenzó a sermonearnos y regañarnos por el rescate de Bakugo.

Tu me salvaste (BNHA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora