Capitulo 51: Malentendidos.

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Desperté cuando la luz del sol comenzó a golpearme directamente en el rostro, me levante con cuidado y esperando escuchar el crujir de mi espalda por la noche en el suelo.

Extrañamente al estirarme no se escuchó el crujir de mis articulaciones, me despabile solo para llevarme la sorpresa de que estaba en mi cama. ¿No estaba Bakugo en mi cama cuando llegue en la madrugada? Y hablando del señor explosivo... ¿donde estaba?

Me había quedado analizando todo mientras veía a la nada, solo salí de mi trance al escuchar que alguien tocaba a mi puerta.

—¡Voy!— grite mientras me levantaba lo más rápido que podía.

No negaré que si tenía un malestar en la espalda pero era tolerable, solo debía de mantener el esfuerzo al mínimo y esperar a que llegaran los fisioterapeutas para que ellos me ayudaran.

Volvieron a tocar la puerta.

—¡Voy! ¡Recuerden que ya no soy tan veloz!— sabía que era uno de mis amigos pero que tuvieran tantita madre.

Por fin había llegado a la puerta.

¡Buenos días!— ahí estaba Shoto con una sonrisa tímida y con uno de sus brazos en la espalda.

—¡Shoto!— grite desesperada por verlo a esa hora frente a mi

Eh... yo...— no escuche el resto por que le cerré la puerta en la cara.

¡Mierda! Por que de las 20 personas con las que compartía hogar el primero en venir un sábado a las 8 de la mañana era casualmente el chico con el que había pasado la noche anterior.

Como pude trate de arreglar con mis dedos mi cabello y limpiar los restos de baba que seguramente tenía. Cuando estuve lo más presentable posible volví a abrir la puerta.

Buenos días Shoto.— respondí inocentemente.

¿Me volverás a cerrar la puerta en la cara?— pregunto preocupado.

No claro que no, yo... lo siento por eso, es solo que... me sorprendiste.— agache mi cabeza avergonzada.

Discúlpame tu a mi, creí que estabas despierta y bueno yo...— un ligero sonrojo apareció en sus mejillas.

Seguía siendo algo surreal ver a Shoto Todoroki el más estoico del salón nervioso y sonrojado; una de sus piernas se movía de lado a lado mientras mantenía aún su brazo izquierdo en la espalda como si escondiera algo.

Eh... yo...— el heterocromatico no lograba articular ninguna palabra.

¿Está todo bien?— pregunte igual de nerviosa y un tanto preocupada.

No... es decir si, bueno...— se contradecía mientras rascaba su nuca.

Una ligera risa salió de mi garganta por lo tierno que se veía en ese momento, aún que me causaba intriga el por qué de su visita.

El bicolor se aclaró la garganta antes de proseguir.

Bueno Itari...— volvió a aclararse la garganta.— me preguntaba si tú...

¿Quién tocó la puerta extranjera?

Mi cuerpo se heló al escuchar la grueso voz de un rubio cenizo en mi espalda, sentí como si una cubeta de agua fría me hubiera caído encima.

¡Ah! ¿Qué hace aquí el bastardo mitad y mitad?

Bakugo...— la mirada del chico frente a mi se apagó completamente al igual que su voz.— Perdón... no sabía que tenías visitas.— lo último lo dijo con su tono indiferente de siempre.

Tu me salvaste (BNHA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora