The heroes of Prophecy.

Capítulo 4.

Brigitte.

Despertó sintiendo todo su cuerpo adolorido. Maldijo a Gaia y sus sirvientes en francés, latín y en inglés. Podía recordar la lucha intensa que tuvo para que no se apoderase de su cuerpo. Pese a que logró controlarla, no pudo al punto de usar el Vis Amoris, lo cual agradeció profundamente.

Estaba en una habitación desconocida de paredes de madera y la cama donde estaba acostada poseía un colchón suave.

Recordaba que en esos momentos donde el sirviente de Gaia poseyó su cuerpo pudo saber que había otra persona, alguien más controlado por esos sirvientes. Si no hubiera sido porque Brigitte se había dado cuenta a tiempo y había luchado en contra, y el sirviente realmente no se hubiera esforzado en poseerla... el caos hubiera sido una palabra que no alcanzaría a describir lo que hubiera ocurrido.

Se puso en pie. Tenía que saber qué pasó. Aunque claramente fue más fácil pensarlo que llevarlo a cabo.

Abrió la puerta y caminó apoyándose por las paredes en dirección donde escuchaba las voces.

Pronto llegó a una sala donde Frank, Percy y Annabeth se encontraban hablando seriamente.

Se recostó en la pared cuando sintió que su mareo aumentaba.

—¿Dónde estamos? —Preguntó cuando se percató que nadie había reparado en su presencia.

La charla se detuvo de golpe. Ojos grises, verde mar y marrones se posaron en ella.

—Ey.

—¡Brigitte! —Chilló Frank abalanzándose sobre ella en un abrazo de oso que le quitó el aire.

No se quejó. Brigitte necesitaba un abrazo. El sirviente de Gaia le había dejado una sensación de frío en el cuerpo que sabía, sería difícil de desaparecer y luego olvidar.

—¿Cómo te sientes? —Dijo apartándola un poco.

—Supongo que mejor ahora que el sirviente de Gaia me dejó tranquila —respondió y luego puso una mueca algo preocupada—. ¿Dónde está Jase? ¿Dónde está el chico que fue poseído?

Percy, su novia y Frank se miraron.

—Está descansando —respondió Frank—. Su novia, Piper lo está cuidando, al parecer luchar contra tantos sin lastimarlos y proteger a su novia, bueno fue mucho.

Brigitte asintió. Jason no era invencible pese a que por momentos lo parecía, además luchar sin dañar a tu contrincante cuando este quería matarte no era fácil, más si tenías que cuidar a alguien.

—Entonces no está solo.

—No.

—Bien, más tarde iré a verlo —dijo, Jason estaba bien, si fuera algo grave se lo dirían ¿verdad? Además estaba con Piper, su hermana griega y bueno, a esa chica no le agradaba, lo que significaba que dudaba que le hiciera gracia ver a Brigitte—. Y con respecto a mi otra pregunta ¿dónde está el chico?

—¿Leo?

—Sí, él —la chica se vio impaciente—. Debe sentirse terrible por algo que no es su culpa —observó con atención como parecían todos guardar un silencio incómodo, ella frunció el ceño—. No lo culparon ni lo intimidaron ¿verdad?

Miró directamente a Percy que se removió. Ella negó incrédula.

—¿En serio? —Le preguntó—. Eres un animal insensible.

—Oye —saltó Annabeth en su defensa—. Todos estábamos muy alterados, además no sabíamos que Gaia...

—Incluso pensamos que Octavio tuvo que ver de alguna manera —agregó Frank.