Capítulo 18

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Brigitte.

Decir que las cosas fueron fáciles  sería la mentira del año, década o siglo, como quieran. Brigitte no era de las que mentían, podía omitir parte de la información o desviar la atención, pero mentir... solo si no había de otra. Así que si le preguntabas a Brigitte ¿cómo estaba la situación actual? Ella te respondería sin dudar: «Tendremos suerte si salimos vivos.»

—¿Alguna idea de ataque, reina del encanto?  —Preguntó Percy cuando la pelirroja se posicionó a su lado y ambos observaron como los romanos se formaban con sus águilas en el cielo.

«¿Reina del encanto?», pensó Brigitte mirando con una ceja alzada al semidiós del mar. Sacudió luego la cabeza, no era tiempo para eso.

Sacó su iluminador de su short y observó con atención el patrón de águilas. Parecían rodearlos en una media luna. Algunos semidioses o legados las montaban, otros se encontraban en sus garras.

—Trata de ser impredecible —le aconsejó—. Nos gusta atacar de manera metódica, la mayor parte del tiempo tenemos cuatro o cinco planes por si la primera falla...

—Vaya, que alentador.

—Percy, tu sarcasmo no ayuda y menos si me interrumpe —le espetó Brigitte mientras Hazel y Piper se acercaban—. Lo importante es ser impredecibles como dije y rápidos para que no logren recurrir al plan B, C o letra que quieras. Somos individualistas por lo general, pero si puedes evitar que se comuniquen entre ellos, mejor.

—Impredecibles y rápidos —resumió Piper.

—Sí —dijo Hazel—. Con suerte bastará.

Fue como si esperaran esas palabras salir de la boca de Hazel. Las armas fueron arrojadas, tanto para herirlos como para tratar de destruir la nave. Percy lanzó un juramento en griego antiguo y comenzó a mover la nave y hacer el agua alzarse con su pura fuerza de voluntad. Hazel saltó sobre la barandilla donde la recibió Arión y  tanto Brigitte como Piper se posicionaron con sus armas ya transformada y desenfundadas respectivamente.

La pelirroja trató de desviar cuanta arma pudo, incluso usando el Vis Amoris para desintegrarlas y formar rayos para atacar. Trató de incapacitar a cuanto legionario pudo, esforzándose para no herirlos de gravedad, sin embargo se hacía difícil siquiera llegar al objetivo cuando Thomas se ocupaba de controlar el viento.

Pronto la chica soltó una exclamación mitad aliviada, mitad jubilosa cuando vio una persona de pelo rubio acercarse cargando a otra, detrás una águila imperial se fue directo contra las águilas romanas.

—¡Maldita sea! —Gritó Leo cuando Jason por poco esquivó una lanza—. ¡¿Qué uno no puede llegar a su barco en paz?!

Jason y Leo aterrizaron de manera accidentada y pronto se unieron a la lucha. El chico latino corriendo hacia los controles  y Jason empezando a mover los vientos e invocar rayos.

Brigitte pudo ver una águila muy cerca del barco y el romano con el pájaro vociferar, alegre, alguna información. Brigitte corrió a la barandilla luego de guardar su iluminador en el bolsillo y formó una cadena rosa en sus manos que arrojó al cuello del águila.

—¡Brigitte! —Aulló por sobre el ruido Jason—. ¡¿Qué estás haciendo?!

Brigitte le hubiera gustado explicarle a Jason su plan, loco y potencialmente suicida si no actuaba con cuidado, pero no tenía tiempo para aquello.  jaló la cuerda haciendo que el ave se agitara, enfadada y volara más alto.

El impulso hizo elevar a Brigitte quien acortó la cuerda lo suficiente para de un movimiento arriesgado montarse sobre el águila, quien se removía, furiosa de tener a una enemiga.—¡Quieta! —Ordenó con su encantahabla—. ¡Me sirves a mí! —La ave se sacudió una vez más, pero ya no de manera agresiva, como si quisiera arrojarla.

The heroes of Prophecy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora