PREFACIO

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Nacer en el mejor hospital de la ciudad, crecer con todas las comodidades, aprender en las mejores escuelas, graduarte de la primaria como el mejor estudiante, ir a la secundaria con excelentes referencias, crecer, ir a la universidad, asistir a las mejores fiestas, graduarte, casarte, tener hijos y un perro, ver televisión después de llegar al trabajo, que tu hijo llore a la madrugada, que tu vida sea tan planeada y apestosa como todos los mojigatos que hacen de su vida una rutina....

Existen pero no viven.

¡Que jovencitos aquellos que tenemos un futuro!.

Caminamos encerrados en lo que nosotros mismos construimos, vivimos en un mundo de presiones y angustias, ajenos a lo que pasa en la actualidad, nos importa un comino si en Siria están en guerra o si la China se muere de hambre, una cultura irreflexiva de jóvenes es en la que nos encaminamos, pero hay de esos pocos que aun piensan en que hay algo más que tener una familia, trabajar y sentarse a ver televisión después de la jornada.Una mañana fría es el momento exacto donde te puedes dar cuenta de que dependemos de muchas cosas, dependemos de personas, de objetos y mas que todo...dependemos del amor.

Justo cuanto te das cuenta de que tienes un futuro, una vida planeada, sueños por cumplir, aparece alguien...ese alguien fue Harry, destruyó mis planes de la manera más hermosa y los convirtió en algo que nunca hubiese pensado. ¿Cómo una persona tan brutalmente bella puede vivir olvidado y ser desperdiciado de tal manera?

¿Por qué tuve que ser yo esa elegida entre todas? ¿Por qué tuve que ser yo aquella a la que le correspondía su amor?

Cuando la vida apenas comienza es cuando más veces caemos y creemos que ya lo hemos aprendido todo, los errores nos entristecen pero luego nos satisfacen con la experiencia, y los recuerdos aparecen como sueños escondidos en medio de la niebla de la noche en la ciudad de San Francisco.

Su extraño cambio de decisiones y las melódicas notas que repartía en las escalinatas de un viejo gran museo inundaban el aire frío de invierno en San Francisco, haciendo que la piel se le erizara a cualquiera de quienes escuchaban el arpeo de su guitarra acústica. Sin embargo a nadie más quiso, más que a mi, andando, sentada junto a él en un auto de segunda mano por las autopistas, camino a ningún lado,  amándonos sin límites  y desgarrando nuestras almas al pasar de los días, sin pensar que la felicidad suele durar poco para quienes carecen de experiencia, se vive en un engaño, el que muchas veces duele y azota pero preferimos muchas veces cegarnos, todo esto como  frutos de mentiras y fantasmas de amores  pasados que rodeaban el aire romántico de las carreteras californianas llevándolos a una próxima condenación.








Cigarette Daydreams (H.S) © EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora