TREINTA Y DOS

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  "Sabes que nuestro amor será trágico,así que no hagas caso,  Vivimos sin mentiras y allí tú eres mi clase favorita de noche" Earn It, The Weekend  


Ya habían pasado tres semanas desde aquella vez que por primera vez me quedé acompañando a Harry mientras cantaba, ahora me dedicaba a hacerle compañía ciertos días en la semana y al parecer él no tenía ninguna oposición ante aquello, por tres sábados seguidos fuimos al pequeño lago a las afueras de la ciudad, nos quedábamos casi todo el día y regresábamos por la noche.

Ya estaba instalada nuevamente en mi antiguo departamento, que ahora parecía haberse hecho más pequeño, el ventanal que daba a aquel terreno baldío lleno de árboles seguía intacto y aunque fuese tan básico era mi parte favorita de esta mi casa.

Harry viene por la mañana y regresa después de las 6 y cada vez que lo hace pasamos un momento muy ameno, ya se ha hecho una rutina pero no de aquellas cansadas y fastidiosas. Pasamos mucho tiempo juntos y tanto él y yo hemos aprendido que el amor no solo se basa en besos apasionados ni abrazos fatigosos, va mas allá de eso...es el sentimiento de querer dar la vida por la otra persona, es el querer saber si se siente a gusto. El verdadero amor está en ver la felicidad del otro. Aunque no manteníamos una relación establecida nuestro cariño era lo único que nos importaba en tal momento

Estábamos ambos en mi casa frente al gran ventanal, hoy, un día viernes por la tarde, nos acostamos en el suelo para ver los pájaros volar y las ramas de los arboles siendo mecidas por el viento, mientras nos manteníamos en silencio ambos pensábamos en cosas desconocidas.

― ¿Por qué siempre nos mantenemos en silencio? ― pregunté curiosa

―Porque para hablar con el corazón no es necesario que usemos palabras― respondió Harry.

―Siempre tienes la respuesta a todo―

Mantuvo un silencio temporal y tomó aire, miraba fijo al techo como tratando de expresar algo que sus sentidos no le dejaban ―Algo pasa cuando estoy contigo....le encuentro la respuesta a todo porque tú eres mi respuesta.-

― ¿Qué quieres decir con eso? ―intenté sacar sus sentimientos afuera.

Me sonrió con la miraba cómplice ―Que donde pertenezcas tú, pertenezco yo; que donde tu estés, estaré yo; y que si tú me amas, yo también te amaré.

Me mantuve en silencio frente a las palabras de Harry, mi rostro demostraba una sonrisa de oreja a oreja, mi felicidad ahora estaba en él.

―Nunca le he dicho que te amo y quizás aún no te amé lo suficiente para decírtelo pero de lo que estoy segura es que te quiero incluso más de lo que me quiero a mi misma― dije y Harry agarró sus cabellos afligido por lo dicho, fue dura y sincera, tal vez no fue la mejor opción pero no es lo correcto vivir en mentiras.

―No tienes que ser dura conmigo, deja esas tradiciones, aquellos mitos, sé quién tu eres, sabes que si lo dices tendrás la misma respuesta de mi parte.

―Es solo que... ―lleve las manos al rostro. ―No quiero fallarte― dije pegando su frente con la mía ―Tengo miedo a que yo no sea suficiente.

―Todo lo que tú me des será suficiente, nena― plantó un suave y corto beso en mis labios. ―Quiero que seas mía, no quiero compartirte con nadie más....-

― ¿Eso significa qué? ― dejé la pregunta abierta para que pueda responderme.

―Que yo si tengo el valor y la seguridad para decirte que te amo y me harías el hombre más feliz del mundo si aceptaras ser mía ―hizo una pausa rápida ―Una vez más― me sonrió con su perfecta dentadura y sus hermosos ojos color esmeralda, esperando a mi decisión.

―Haz tardado mucho en tu propuesta porque incluso hace un año atrás hubiese querido decir que si y ha sido mi posición hasta el día de hoy― Harry palideció aún más cuando no di mi respuesta inmediata, pronto su sonrisa reapareció. ―Si tuviera que equivocarme otra vez, quiero que sea contigo.

Cigarette Daydreams (H.S) © EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora