CUARENTA Y CUATRO

133 4 5
                                    


Observé cada diminuto movimiento que él hacía al encontrarse nervioso viéndome a los ojos; esto ya no podía ser oculto, a pesar de mi estado vulnerable sabía exactamente lo que ocurría dentro de estas cuatro paredes y no era nada bueno, mucho menos saludable para nadie.

Tiré los billetes sobre el sofá y pasé por la habitación, sin encender las luces me dirigí a mi cama sin antes despojarme de la ropa que llevaba puesta quedando en prendas menores, me escondí entre las sabanas ignorando completamente a Harry, no tenía ganas de tener alguna discusión ni mucho menos de escuchar explicaciones vanas, necesitaba silencio y muchas horas para dormir, me sentía exhausta después de todo el licor que había consumido apenas unas horas antes.

Cerré los ojos y sentí que un cuerpo se planta en la cama desde el mi lado; yo mantenía los ojos abiertos pero mi espalda me cubría el rostro ya que estaba de costado. Escuché un gran suspiro y percibí como se relajaba encima del colchón. Harry constantemente hacía eso a la hora de descansar, era como su ritual para dormir.

Hubo mucho tiempo en silencio y desde mis entrañas sentía una gran decepción en cuanto a todo esto, se supone que sería nuestro momento de ser completamente felices, teníamos que disfrutar este momento hasta antes de que acabe el verano, sin embargo lo único que hemos venido haciendo es conducir y, al menos yo quedarme en este viejo lugar.

El hecho de que Harry este siendo dependiente de la cocaína me estremece, es como ver como se deteriora de a poco, no soportaría presenciar momentos como este durante mi vida, es doloroso también pensar que nunca me lo había conversado, ni siquiera me lo había insinuado alguna vez. No estaba enojada , esto era una cuestión de decepción y quizás un poco de arrepentimiento.

―No entres en pánico Berns― habló Harry rompiendo el silencio pero aun así yo preferí callar ―Sé que estas despierta, por favor no me ignores― pidió pero yo seguía quieta y con mi boca cerrada, no tenía ganas ni de hablar, el cansancio había tomado todo mi cuerpo. ―No soy un adicto, no es algo de todos los días ¿Entiendes?―

Mientras le daba la espalda escuchaba como respiraba por la nariz, no me imagino viéndolo a Harry en un estado inestable, donde su mente estaría revuelta generando ideas locas.

― ¿Qué es lo que está mal?― finalmente me decidí a hablar pero esto no dio oportunidad a que cambie mi posición.

―Supongo que nada―respondió con sencillez.

―Entonces dime una razón―

―No hay una―

Un fuerte instinto de molerlo a golpes por su manera tan simple de dar explicaciones invadió mis entrañas y más los tragos tomados hicieron que finalmente me enfrente ante él.

―Te odio tanto, no sé por qué estás aquí, te odio, quiero dormir sola y estoy tan cansada de todo―mis lágrimas comenzaron a salir sin aviso previo mientras mis palabras salían sin pensar ―Pero te amo, te amo tanto que odiaría ver alejarte de mí, te amo y por eso te odio― comencé a dar pequeños golpes sobre su pecho y sostuvo mis muñecas fuertemente.

― ¿Estas ebria?― preguntó

― ¿Estas drogado?― refuté.

El me miró en medio de la oscuridad y sus verdes ojos resaltaban sobre la ausencia de luz mientras, él quería hacer salir palabras de su boca pero algo se lo impedía.

― No tienes ni idea de lo bien que se siente ―murmuró contra mi rostro, su aliento era de cigarrillo y café, casi como todos los días.

―Lo haces porque no quieres que yo esté aquí― aún no podía zafarme del agarre de Harry. ―Escuché todo lo que le decías a ese tipo de la llamada.

―Nunca lo entenderías Bernadette― al fin me dejó ir, se tocó la nuca así como cuando está nervioso o en problemas.

―Olvida todo Harry, olvida todo esto, olvídame― dije entre sollozos.

―No puedo― respondió ―No quiero olvidarte― sus ojos amenazaban lágrimas lo cual me hizo conmover y pensé que quizás estaba siendo muy dura.

Me quedé una vez más quieta y en silencio, esperando a una próxima respuesta de su parte.

―Escucha...sé que debí decírtelo antes... el tipo que fui a ver hoy me vende la coca, no soy un adicto, mucho menos traficante, es algo que necesito, así como a ti― terminó con la mirada puesta en mí.

Por alguna razón lo que Harry había dicho me causó mucha gracia, esto sin duda era consecuencia del alcohol, no podía parar se reírme, mi estómago incluso comenzó a dolerme y sentía la sonrisa hasta las orejas. ¿Qué me pasaba? No lo sé pero estaba por mojarme los pantalones que no tenía de tanta risa, era inaguantable.

― Estas ebria, sin duda― resopló Harry poniéndose a mi lado.

― Yo no estoy ebria, tu si estas "elevado", pero ¿sabes qué?― solté ahora una risa más breve -Pareces toda una estrella de rock cuando lo haces --mordí su oreja ―De todas maneras te odio maldito británico― esta vez puse mis labios sobre su cuello.

― Estas jodidamente loca Bernadette― 

Considerando que ambos estábamos en estados completamente inestables nos dejábamos llevar por las palabras, por las ganas y por la pasión. Nuestro beso se fue intensificando, sentí como Harry se estaba poniendo agresivo y se perdía en el encuentro de bocas, mantenía los ojos cerrados y sus caricias subían por mi cuerpo semidesnudo, sus besos al fin fueron descendiendo hasta que paró bruscamente para posicionar mis piernas alrededor de su cadera, él aún mantenía la ropa puesta pero sabía en mi subconsciente que esto pronto iba a subir su intensidad. Repartió besos por todo mi abdomen y luego subió hasta mi pecho. Él estaba completamente entregándose a esto, como nunca antes percibí sus ganas y sus deseos de estar así de cerca, amaba cuando se apasionaba de tal forma, era cuando recordaba que él es mío y yo soy suya aunque no de manera íntima porque eso es solo añadidura; mi corazón pertenecía a él y sé que su corazón también me pertenece a mí.

Su respiración chocaba contra mi pecho descubierto y un frío comenzó a helar mis piernas; fue inevitable no encogerlas un poco haciendo que yo me apreté más a él, por lo tanto logramos una cercanía inigualable.

Cuando sentí sus labios sobre la cuenca de mis pechos en mi subconsciente existía una idea de vaga que decía "¡Espera! Aún no es tiempo". Y esto era tan repetitivo como el choque de las olas del mar contra la costa...decidí relajar un poco mi cuerpo e ir esquivando a Harry, él lo pudo notar, una vez más comprendo sus intenciones pero yo no puedo ceder así de fácil.

―Harry...aún no puedo hacerlo―

Él me observó con detenimiento y podía notar la inconformidad de su parte.

― Quiero dormir― mentí hablando en un tono muy vago.

― ¡Joder!, descansemos ¿si?― se volvió a acomodar de mi lado, le di la espalda pero esta vez me abrazó por la cintura

― Entonces... ¿Estamos bien?― preguntó a mi oído.

― No entiendo ¿Cuándo hemos estado mal? ― respondí dulcemente.

― Te amo― dijo


Tocaba mi vientre en movimientos circulares, últimamente había estado perdiendo peso por lo cual mantenía un abdomen bastante planto y en forma a pesar de que las rutinas de ejercicios no era mi principal actividad del día.

―Algún día, en este hermoso vientre estarán Ben y luego Beatrice― dijo Harry contándome al oído

― ¿Quiénes son ellos?― pregunté.

―Nuestros futuros hijos― respondió.

― ¿Y eso será en un futuro lejano?― volví a intervenir.

―Pasará cuando tenga que pasar ―su voz se iba debilitando, ya estaba cayendo en el sueño.

―Es cierto... pasará cuando tenga que pasar― repetí.








Cigarette Daydreams (H.S) © EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora