VEINTISIETE

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"No demuestres tu amor en el mejor momento, hazlo en el peor. Así sabrás si realmente ese amor es verdadero y podrás deducir que será duradero" Ana Solbra

***

Cuando vi el arma a solo unos diez centímetros de mí, probablemente dejé de respirar, sentía una desesperación e impaciencia en el pecho que hacía que este perdiendo poco a poco la calma y tal vez la cordura, noté que Harry agarró mi mano fuertemente pero uno de los hombres armados que tenía un atuendo de todo un chico de la calle me tiró del brazo e hizo que me parara al igual que con Harry.

―Te conseguiste una buena perra...Campeón― dijo el hombre que apuntaba a Harry mientras miraba mis pechos.

― ¡No la llames así!

― ¡Ow!... ¡Qué hermoso, Romeo! ― luego desató una risa maléfica ― mira amigo no me importa lo que me digas, aquí las reglas las pongo yo.

― ¿Qué quieren?― pregunté desesperada.

―Hey Bobbie, revisa si tienen celulares, joyas y ese tipo de mierda― el que estaba alado mío le daba las indicaciones al otro cuyo nombre supongo que era Bobbie ya que así lo llamaba su asqueroso compañero.

El delincuente que estaba a mi lado comenzó a tocarme por todo mi cuerpo en busca de algún objeto de valor, una lágrima desciende por mi ojo izquierdo en busca de una salida, ser tocada por un hombre perverso y tan asqueroso como lo era este quien ahora es mi poseedor había sido tal repugnante como el hecho de saber que me tiene tan cercano. Mi cuerpo temblaba totalmente al saber que él tiene mi vida en sus manos.

―Esta vacío― dijo Bobbie

―Igual, la zorrita no trae nada de valor― dijo aún el maleante tocándome con indecencia, lo quería golpear tan fuerte hasta matarlo pero sabía que si lo hacía yo saldría perdiendo incluso la vida. ―Vamos a ver zorrita si eres lo suficientemente buena para este humilde servidor de la justicia ― volvió a reír con maldad y comenzó a tocarme por encima del pecho y luego su mano intentaba llegar a mi pelvis, yo seguía petrificada, tratando de esquivar sus manos pero era mucho más fuerte, no dejaba de llorar en silencio. En medio de mi suplicio logro captar la mirada y busco piedad en él, busco ayuda.

― ¡Déjala! ― Harry salió del agarre de Bobbie y saltó sobre mi agresor y comenzó a golpearlo tan fuerte que incluso yo sentía el dolor de sus puñetazos. El otro maleante agarró a Harry por detrás y lo echó al suelo, lo golpeó mucho y luego lo dejó quedando su cabeza a la orilla del cerro y apuntaba su pistola hacia su frente.

Entré en pánico y dejé de llorar buscando alguna salida para ayudar a Harry y evitar que me lo arrebaten tan vanamente. Sabía que no hacía nada llorando pero no tenía escapatoria.

―Por favor no le hagas daño― le dije al delincuente Bobbie.

― ¡Cállate maldita perra! ― y me aventó contra el suelo

―Bernadette, Tranquila―habló Harry en un susurró. "Saldremos de esto" ― sus labios dibujaron mientras yo seguía en medio de la sucia tierra del suelo. "Te Quiero"

¿De esta manera tiene que terminar todo entre nosotros?

―También te quiero Harry― le dije en medio de un sollozo.

Cigarette Daydreams (H.S) © EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora