CUARENTA Y OCHO

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Días despues.

Mi nariz picaba y mis ojos pesaban de vez en cuando, aún tenía aquellas secuelas de la gripe viral que había cachado el otro día, por suerte el virus no es contagioso por lo cual no fue posible pasarle la enfermedad a Harry y agradecí a los cielos que sea así.

Ya es viernes por la tarde y ya estamos en Santa Bárbara, luché durante dias, las 24 horas al día para convencer a Harry de acompañarme a la renovación de votos matrimoniales de mis padres, fue una tarea dura pero como mi constante lema de vida es El que persevera alcanza entonces dio sus frutos. Me alegra saber que al fin lo presentaré a la familia pero sabiendo la calidad de personas que son puedo desde ahora saber que el chisme correrá hasta los oídos mis familiares en Sudamérica.

Mi novio era un buen chico después de todo y vaya que luce tan bien como un actor de cine o aquellos modelos de revista, seguramente despertará envidia en mis primas aquellas que andan en busca de un hombre desde años inmemorables, con suerte algunos de estos días encontrarán un marido que las quiera y respete por lo que son y no por lo que aparentan.

Dejando de lado todo eso...esta noche mis padres quieren cenar con Harry y conmigo en el hotel donde se hospedan ellos y así tratar de arreglar las cosas que sucedieron en su primer y último encuentro, espero que esta vez las cosas si salgan como siempre quise.

La playa de esta ciudad era hermosa, mientras agarraba el brazo de Harry y caminábamos por la orilla del mar, pensaba en lo bien que estaban yendo estos días, han sido pocos pero los he pasado de maravilla, me he divertido un montón y a pesar de mi repentino resfriado en Santa Cruz supimos aprovechar el momento, allí también había una playa y muchos lugares por visitar, asistimos a una fiesta de aquellas de libre entrada, la pasamos excelente e hicimos unos cuantos amigos, nuevamente tomé más de lo que debía y fumé muchos cigarros, aún lo hago, Harry estaba igual, con suerte llegamos vivos a la habitación del hostal...al siguiente día la resaca era mortal por lo cual decidimos quedarnos un poco más y por ultimo las carreteras aquellas eran lo mejor de la aventura, aunque parezca mentira me divierto mucho jugando con Harry al volante y saboteando sus dotes de buen conductor.

―¿En qué piensas?― preguntó él.

―En nada...¿y tu en que piensas?

―En la misma nada que tu― rió.

Se separó de mi brazo y agarró una vara del suelo, en la arena del mar escribió las siglas H.S & B.W. sacó la polaroid de su mochila y tomó una foto de aquel dibujo en la arena con fondo al mar.

―Ahora quiero que te pongas allí para tener un foto tuya.

Me paré en frente de él y como siempre lo hago sonreí a la cámara pero esta vez alcé los brazos.

―¡Perfecto!―dijo y me acerqué a ver la foto y había salido de lo mejor. Definitivamente amo estas cámaras ―Sales hermosa.

Mis mejillas se ruborizaron, jamás alguien me había hecho sentir tan maravillosa, sentía que yo misma valía la pena y que como siempre mi lugar estaba a su lado.

De repente me tomó por las piernas con fuerza y me elevó hasta su hombro, él corría y daba vueltas en círculos.

―¡Harry, Bájame!―chillé en medio de un sin límite de risas.

―Oblígame― dijo.

―Te obligo a que me bajes― pedí pero él se hacía de oídos sordos. ―Ya bájame― seguí rogando pero era inútil, estaba jugando y cuando lo hace es imposible que se detenga.

Cigarette Daydreams (H.S) © EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora