VEINTICINCO

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"Por una mirada, un mundo; por una sonrisa, un cielo; por un beso... yo no sé qué te diera por un beso" Gustavo Adolfo Becquer.


***

La mañana estaba calurosa, el sol ya se hacía presente filtrando por cortinas.

Celine entró casi rompiendo la puerta por su apuro.

―Bernadette deberías ya estar vestida, tengo una cita en el Spa para ambas en 15 minutos y si no llegamos a tiempo perderemos el turno y por lo tanto también perderé dinero.

―Estaré lista en dos minutos, descuida― me levanté de la cama burlándome por su tono de voz muy parecido al de mi mamá.

El clima no me favorecía pero ya extrañaba el sol brillante y esos cielos azules en San Francisco, tanto invierno me producía resfriados, tos y otras complicaciones, me sentía un poco mejor en este ambiente.

La mañana se había pasado rápido, fuimos al Spa, luego al centro comercial y ahora nos encontrábamos en camino a Wendy's, para mi mala suerte el único cercano es a dos cuadras del San Francisco Museum, Celine era muy antojada y cuando quería algo es deber que lo tenga, tal vez ha sido algo que le han inculcado desde pequeña.

El almuerzo pasó igual de rápido, este día no me estaba yendo nada mal, me gusta la compañía de Cel, es una gran amiga, es otra hermana para mi.

Se nos ocurrió buena idea tomar un poco de té, asi que nos dirigimos a una cafetería al otro lado de la calle, mientras pedíamos el té y charlábamos noté como el semblante sereno de Celine cambió de pronto, miraba en otra dirección y su rostro lucía preocupado y trataba de buscar una solución.

―Berni por favor no gires...

― ¿Qué? ¿Por qué? ― pregunté muy confundida

―No gires, te lo estoy.... ¡Ay no! ― Su aviso fue muy tarde porque yo ya había girado y justamente detrás de mi estaba Harry sentado en una mesa de dos pero se encontraba solo con un bote de café y un periódico en mano.

¿Por qué Dios? ¡¡¿Por qué?!!

―Celine― me dirigí a ella, seguramente yo lucía asustada ― ¿Qué hago? ayúdame por favor...

―Tu tranquila y...actúa normal, actúa como si no has visto nada, sería mejor que no se dé cuenta de que estamos aquí así que no te muevas mucho ¿De acuerdo?.

Asentí impaciente, me escondí detrás de Celine mientras ella pagaba, tomamos la orden y un impulso sin mi consentimiento hizo que gire, me daba mucha curiosidad, en un micro segundo el chocó su mirada conmigo y noté como su mirada se puso intensa para conmigo.

―Te espero en el auto...― le dije rápidamente a mi amiga y salí disparada del local.

―¡¡Berni!! ― escuché como me llamaba Cel pero la ignoré y al fin logré salir del Starbucks. Caminaba a paso rápido por la vereda, solo quería llegar al maldito auto.

―Bernadette― era su voz, era Harry ―Berns por favor, no huyas de mi― gritó en media calle.

Me estaba persiguiendo.

Yo caminaba más rápido entre la gente y aunque chocaba con algunos mi única meta era llegar al auto, miré detrás y Harry estaba entre unas personas así que opté por entrar a una tienda de discos y en mi intento de escapar logré que no me viera.

Fingí como que buscaba un disco en especial para despistar al vendedor, solo quería pasar el rato hasta un tiempo considerable para salir e ir finalmente al carro.

Estaba en la percha de discos de Indie, Alternative y New Wave. Muchos de estos álbumes los amaba como el de Meat is Murder de The Smiths o The Greatest Hits de The Cure.

Divisé entre los tantos discos un par de ellos y me fijé mucho tratando de esquivar la situación actual. Allí reposaba el álbum The Velver Undergound & Nico y de lado estaba Transformer, unos clásicos que hace mucho que los quería comprar pero solo llevaré uno ya que así podría escuchar canción por canción con atención.

Una voz ajena interrumpió mis pensamientos.

―Deberías llevar el The Velvet Underground, Lou se hizo una mierda luego de que se convirtió un solista, de ese álbum saco unas cuantas buenas canciones, en cambio el otro, tiene esa magia. Como británico testigo de la constante oleada del Brit Pop en estas épocas, te lo recomiendo.

Giré y me encontré con su perfecta sonrisa, estaba él ahí, mirándome a los ojos con delicadeza, su piel seguía pálida y ya no usaba abrigo pero llevaba la camiseta blanca de siempre con unos collares colando desde su cuello, sus tatuajes estaban a la vista y su aliento era una mezcla de café y cigarro. Molesto para cualquiera pero delicioso para mí.

―Harry.... ― suspiré y bajé mi mirada.

―No escapes otra vez, por favor, es difícil seguirte el paso, corres rápido―soltó una risita corta y levantó mi mentón.

― ¿Qué haces aquí Harry? ― mi pregunta fue interrumpida por un cálido y delicado beso.

-Esto no debe estar pasando-

Volver a sentir sus suaves labios era algo que necesitaba, su roce del labio inferior con mi labio superior se volvía excitante y un tanto intimidante, su mano sobre mi cintura giraba en círculos provocando que se me erice la piel. Es increíble como a pesar de que haya pasado más de doce meses mi amor por él sigue intacto y todo lo que había pasado ya no me importaba en lo absoluto, en este preciso momento me doy cuenta de que estoy enamorada de él, que le quiero hasta el infinito del universo y no pensaba en seguir evitando tal sentimiento tal como lo he hecho durante un año entero.

La música en la tienda comenzó a sonar más fuerte, o simplemente era mi idea, me sentía tan protegida en medio de sus brazos, lo estaba extrañando incluso más de lo que sabía y era imposible no entregarme a sus labios cuando lo que más he querido es que este momento pase desde hace un año atrás.

¿Por qué sigues aquí Harry?


Cigarette Daydreams (H.S) © EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora