SEGUNDA PARTE: DIEZ

44 1 0
                                    


Sin duda alguna en la vida siempre se presentará dificultades, en la mía por ejemplo, aquellas eran las que me habían marcado el camino hasta el día de hoy. Nuevamente me sentía fuera de ese rumbo–como muchas otras veces-, esta vez me sentía impotente por no poder controlar mis propias emociones y pensamientos como si una fuerza externa me empujase hacia lo hondo del sinsentido y me haga caer en más dudas de las cuales no podré descifrar su resultado.

Harry nuevamente ocupaba mis pensamientos vagamente, no desaparecía de mi cabeza, tal como lo vino haciendo estos últimos cuatro años. No había vuelto a tener su anatomía en mi presencia desde aquella vez que despertamos al día a orillas del Michigan, envueltos en aquellas cenizas que habían quedado como escombros del amor que ambos solíamos tener hace ya bastante tiempo. Aquel amanecer me había hecho creer que él y yo podríamos intentar tener una relación por una última vez, aunque no fuese lo más adecuado debido a mi estado sentimental actual. Aquellos sentires fueron pasajeros, foráneos y ajenos a mi realidad, pues desde de eso, no habíamos vuelto a comunicarnos, sin embargo sus regalos hacían presencia todos los miércoles sobre mi escritorio. Cada día de entre semana me enviaba un regalo distinto de lo cuales era muy severo no aceptarlos, sé que no debería pero la vanidad es mayor y no podría rechazar algo tan hermoso y valioso como lo que Harry enviaba como correspondencia para conmigo.

Hoy era miércoles y un hombre venía apresurado mediante su paso y depositó la caja en mi mesa mientras buscaba una hoja para que yo firme. Ansiosa recogí el recado entre mis manos, me comía la curiosidad por lo que se tratase el regalo de este día. Abrí la caja que era muy pequeña a lo habitual y encontré un reloj, de aquellos bastantes lujosos, con cristales incrustados alrededor de la esfera, entonces fue cuando empecé a dudar sobre quién era el verdadero emisor de este presente, pues Harry nunca me enviaría algo tan vano como esto, y no quiere decir que no me gusten los relojes pero lo que trato de hacer entender es que él nunca enviaría algo tan superficial para expresar cuanto me quiere, el dinero no era ningún motor para nuestro querer.

Me gustaba el tipo de cosas que Harry me dá. Debajo había una carta y pues mis sospechas fueron reales, aquel que envió el presente había sido Klauss. Era de esperarse, él tenía aquella manía de llenar de lujos a una mujer pensando que con eso compraría su amor. No miento que es muy gratificante y satisfactorio recibir algo tan costoso pero cuando me sucede presiento que no soy yo quien realmente lo recibe, sino más bien mi vanidad que le hace un mal juego al corazón y termina confundiéndose, creando sentimientos que no deben de existir.

"Es solo una pequeña muestra de cuanto te amo...Feliz Aniversario #2"

Sin querer empecé a reir, pues me causaba tanta gracia el pensar que Klauss estaba tomando clases de Harry con esto de las cajas y los mensajes, solo que con el que hacía llamar "mi novio" era totalmente diferente, pues él no poseía ese noseque que tiene Harry al hacer cada cosa, es tan artísticamente perfecto que convierte cada sonido en melodía, cada palabra en poema y cada mirada en una obra de arte.

Vaya que si había recordado días anteriores nuestro segundo año juntos. Klauss y yo estábamos incluso más que distanciados, solo nos comunicábamos por pequeños mensajes de texto de vez en cuando y eso ocurría muy de repente. Me sentía culpable, no miento, pero no tenía ni siquiera disposición para tratar de mejorar las cosas con él. No entiendo cómo puede tomarse el atrevimiento de pensar en aniversarios cuando nuestra relación esta colgando en un hilo.

"Iremos a un gran lugar hoy, lleva aquel vestido rojo que me gusta" decía el mensaje.

La jornada había sido menos emocionante que otros días, hoy tendría que asistir a una cita con Klauss, no era de asombrarse que me sienta indispuesta una vez más, no me creía en condiciones, ya no lo amaba y logré darme cuenta de que hace mucho que es así, solo que ahora aquel pensamiento se me había arraigado. No quiero a Klauss en la manera que se supone, es un gran amigo y confidente pero no es el hombre con el que quisiera pasar el resto de mi vida porque esa denominación la tiene alguien más.

Cigarette Daydreams (H.S) © EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora