SEGUNDA PARTE: Dieciocho

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Paseábamos por el Palacio de Bellas Artes, ambos agarrados de la mano, apreciando la hermosura de este lugar que irradiaba un aire de misterio pero a la misma vez la belleza que tenía, hacía que cualquiera que pise este suelo tenga ganas de volver nuevamente pues es tan sereno y bastante romántico.

Aún no había hablado con Harry sobre por qué se había alejado durante estos días al punto de no contestar las llamadas, pensé que tal vez cuando nos sentemos a charlar en algún lado podríamos volver a hablar de estas cosas un poco delicadas. Era imposible seguir aguantando las ganas de besarlo, hace más de cuatro años que no pruebo esos labios de fresa, carnosos y suaves. La última vez que quise que me bese fue todo un producto de mi imaginación y de ahí no se había dado la ocasión o simplemente no creí que fuera lo correcto. Tomamos asiento en una banca vacía, al menos yo estaba exhausta de caminar con estos tacones todo el tiempo, sin embargo, valía la pena cualquier dolor; apoyé mi cabeza sobre su hombro mientras entrelazábamos nuestros dedos y veíamos todo lo que teníamos en frente, aquella hermosa arquitectura llena de arte y opulencia.

Podía percibir su aroma a colonia por medio de la chaqueta, cerré los ojos por un momento para captar mejor este momento y así nunca olvidarlo; sentí que depositó un beso casto sobre mi frente y me agarró más fuerte la mano.

― Todo esto que nos pasa es solo una muestra que la eternidad del amor es algo con lo que no podemos meternos ―murmuró con la vista al frente― Tu y yo somos infinitos por lo tanto todos nuestros sueños también lo son.

Guardé silencio mientras recibía un viento frio sobre mi piel que hizo que me acurruque en los brazos de él, dejándome poseer por aquel hombre que se me había robado el corazón como un rayo de luna en medio de una noche estrellada.

― Estoy cansada de escuchar que me amas sin que yo te responda ―dije mientras él me sujetaba fuerte.

― No pierdas tiempo, dilo.

― Lo diré cuando tenga que decirlo ―finalmente solté provocando una de las más grandes decepciones en él, sé que quería otra respuesta pero nada es fácil en la vida y aún tenemos mucho camino por recorrer juntos.

― Te quiero Berns... ―volvió a besar mi frente sin previo aviso mientras yo cerraba mis ojos.

En el camino de regreso iba a callado, pensativo y con el rostro lleno de algo que me es imposible describir, tal vez estaba tramando un plan o simplemente me quiere dejar para siempre debido a mi insensato comportamiento hacia él. Fuera de una casa paró el auto en seco y siguió sin decir nada, lo miré para luego tomar su mano.

― ¿Qué te sucede? ―me atreví a preguntar.

― Me confundes, no entiendo que pretendes hacer al decirme que me necesitas y luego dejarme colgando al no decirme que me quieres ―reclamó en un tono sereno aunque de a poco iba aumentando el tono.

― Es difícil hacerlo cuando recuerdo todo lo que pasó entre nosotros hace unos años. Harry, comprende.

― Creí que la que había entendido finalmente habías sido tú.

Terminé por callar y no seguir porque él estaba sacando mejores argumentos que yo y lo peor de todo es que tenía la razón en cada cosa que decía haciendo que me contradiga con mis propias palabras.

― Aquí es donde vivo, por si algún día me necesitas...

― No seas sarcástico conmigo ―pedí―, no vuelvas a ignorarme de esa manera, me has hecho llevarme un gran susto.

― Perdí mi teléfono, está en algún lado de mi casa de todas maneras no quería hablar contigo después de tan cortante nota que dejaste en ese libro. Sabes que no eres la única que siente, puedes llamarme marica si quieres pero el que me hayas dejado de ese modo me destrozó el alma.

― Perdóname, por favor ―no quería llorar, no iba a permitir aquello pero ver a Harry con los ojos mojados me revolcaba el corazón maldiciéndome a mí misma tantas veces.

Manejó hasta mi casa para dejarme allí una vez más, sin pan ni pedazo, sola nuevamente, sin el hombre que me tenía con el corazón en la boca por semanas al no tener señales de vida. Sentí lo que él sintió durante años y ni aún así puedo hacer las cosas como debería. Soy un desastre y eso jamás lo cambiaré de mí porque no sé pensar ni poner mis ideas en orden cuando se trata de mi corazón y las cosas que quiero. 

Cigarette Daydreams (H.S) © EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora