Gravity | Stefan Salvatore [1]

TRES

CAPÍTULO TRES | THE RAGER

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KLARA SE DETUVO JUSTO ANTES DE ENTRAR EN EL ANTIGUO AULA DE ALARIC SALTZMAN. Era la primera vez que ella y sus amigos habían estado en el aula desde la muerte de Alaric. Klara estaba visiblemente desanimada al pensar en el hombre, pero simplemente respiró hondo y se mudó a su escritorio, que estaba convenientemente ubicado justo entre Stefan y Elena.

Klara miró el escritorio de Elena a su lado y le ofreció una sonrisa comprensiva.- ¿Cómo estás?

Primer período y estoy listo para gritar los ojos.- Elena se burló, aunque estaba lejos de ser divertido.- Podría ser mejor.

Antes de que Stefan pudiera comentar, la voz de Rebekah resonó cuando entró en el aula.- ¡Buenos días, todos!.- Tenía volantes en la mano y comenzó a entregárselos a los miembros de la clase.- Así que voy a organizar una pequeña fiesta contra el toque de queda en mi nueva casa. Comienza en el quinto período y va hasta cuando quiera. Corre la voz.- Ella le entregó un volante a Klara y luego se volvió hacia Elena.- Te invitamos a unirte, Elena, si quieres enterrar el hacha.

El doppelgänger miró hacia abajo al volante que Rebekah tiró en su escritorio y se burló.- Es un hacha bastante enorme.

Bueno, me siento generoso de espíritu.- Rebeca respondió, pero la mirada severa de Elena se mantuvo sin cambios mientras volvía los ojos en blanco.

La vampiro rubia recogió el volante y comenzó a examinarlo antes de mirar a Rebeca.- ¿Casa nueva?.- Preguntó Klara.- ¿Te echó tu hermano?

No me echó. Me fui.- El vampiro original corregido con un tono agudo y vicioso.

Elena no pudo evitar dejar que un burla dejara sus labios mientras escuchaba el intercambio.- ¿Entonces, dejaste a la única persona en la Tierra a la que realmente le gustas?

Rebeca miró al Salvatore que permaneció en silencio. Luego a Klara.-Tu mejor amigo y tu exnovio están en una relación. Algo me dice, Elena, que no soy la que tiene que preocuparse por que a la gente le guste.

Era obvio que las palabras de Rebeca golpearon un nervio con Elena. Apretó los puños y miró hacia abajo a su escritorio tan pronto como Stefan exhaló.- ¿Por qué sigues en la ciudad, Rebeca? ¿No tienes a dónde ir?

Bueno, la historia es mi clase favorita. En realidad, ¿dónde está el Sr. Salzman?.- La rubia se dio la vuelta y comenzó a buscar a Alaric, lo que solo enfureció mucho más a Elena.- Oh, así es.- susurró Rebeca con una sonrisa.- Lo maté.

Klara ya estaba suficiente. Agarró su lápiz amarillo que se acostó en su escritorio y lo arrojó directamente a Rebeca, quien lo atrapó en el aire. Antes de que Rebeca pudiera reaccionar, Klara salió del aula con Stefan, que lo siguió inmediatamente después.