Capítulo 28

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Antonella había escuchado la reunión y las ordenes que su padre dio a sus hombres, también se dio cuenta de que, aunque los Kozlov estaban allí para apoyarlos, eran un ente independiente, no se regían por su padre, parecían estar allí simplemente haciendo un favor y eso era peligroso, ella sabía bien lo que significaba un favor en su negocio.

Él que le tenía intrigada era Dima Kozlov, ese hombre la atraía de una forma enigmática, era como si viera en él un ser mitológico. La misma sensación que le provocaba Dylan Maxwell, a quien había visto en una reunión hace poco y había sentido la urgencia de alejarse de él, aunque había una enorme diferencia entre Dylan y Dima, Dylan era amable protector, incluso algunas veces parecía ingenuo, en Dima no había nada de eso, era un depredador por completo, frio y calculador.

Estaba observando a Dima Kozlov desde el marco de la puerta sin hacer ruido, el parecía estar mirando desde el balcón, aunque ella sabía que no era posible, de pronto comenzó a escuchar un sonido de golpeteo, puso atención y se dio cuenta que el sonido estaba siguiendo el sonido de los latidos de su corazón.

- No puedo verte princesita, pero sé que estás allí, ven aquí, no muerdo.

Antonella avanzó hipnotizada por esa voz profunda, él se giró como si pudiese verla y le dio una sonrisa depredadora, sabía que él no podía ver cómo le temblaban las manos, aunque imaginaba que podía oler su miedo.

- Tienes mas agallas que tu hermano, es obvio que no comparten la misma sangre.

Siempre le había molestado es tipo de comentarios, las personas siempre mencionaban que no se parecían en nada, incluso quienes nos los conocían se aventuraban a comentar que Antonella era sólo hija de Biagio y Valentino de Brooks, como si el color de su piel marcara quienes podrían ser sus padres como si no compartir la misma sangre los hiciera menos hermanos.

- Fuimos criados por los mismos hombres.

Dima sonrió y negó con la cabeza, en verdad sentía su mirada como si él la estuviese estudiando, midiendo. Comenzó a sudar y su corazón a correr mas rápido, el golpeteo de los dedos de él siguió el ritmo.

- Mi hermano y yo se supone somos idénticos, nos criaron igual, nos vistieron igual y pasamos las mismas carencias, pero no somos iguales. A ti desde niña se te enseño a protegerlo, a cuidarlo, a sentir pena por él. ¿Y como te lo paga esa pequeña víbora? Destruyendo el legado de tu padre, es un egoísta, cree que merece todo sólo por ser Valentino Brooks, ni siquiera la tendría si no lo hubieran sacado de la basura, tú eres Antonella Brooks, su sangre corre por tus venas, él es sólo una sanguijuela que consume todo a su paso.

Él había avanzado acorralándola no solo con sus palabras, también con su imponente presencia, lo peor de todo era que todo eso ella ya lo había pensado antes, esos mismos pensamientos revoloteaban en su cabeza y ella siempre trataba de ahuyentarlos, de no dejarse corromper por ellos.

- ¿Lo mataras?

La sonrisa de Dima se ensanchó, ahora ella podía sentir el frio que lo envolvía, estaba demasiado cerca, la hacía sentir acorralada, quería salir de allí pero no podía moverse.

- Fantaseo con ello, me imagino retorciendo su escuálido cuello hasta romperlo con mis propias manos, escucharlo boquear por aire hasta el último de sus suspiros.

Hablaba de la muerte de su hermano como devorar un delicioso pastel, bocado por bocado, era espeluznante e hipnotizante al mismo tiempo, no podía dejar de ver esos labios sonrientes, parecía que Dima saboreaba la sangre de su hermano en ese momento.

- Es mi pequeño hermano.

El bajó la voz, era un susurro que la obligaba a acercarse para escucharlo mejor.

Amor Ilegal Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora