Amor Ilegal Libro 1

Capítulo 31

Era la primera misión en la que se involucraban, Dema había tratado de dejar a Dima atrás, pero era imposible, su hermano estaba involucrado en todo, estaba revisando el inventario él mismo y uniéndose al equipo de reserva al lado de Richard Brooks.

Dema seguía sorprendido por esa complicidad que existía entre Richard y Dima, era como si se conocieran muy bien, o se leyeran la mente uno al otro, interpretaban muy bien sus silencios e incluso las miradas de Richard que su hermano no podía ver, además que no descuidaban sus territorios y ambos tenían sus prioridades muy claras.

- Todo listo, avanzaremos después del Diablo, recuerden que no queremos bajas, es importante portar su equipo de protección en todo momento, no quiero cargar con sus estúpida muertes en mi conciencia.

Su hermano tenia una forma cruda de motivar a sus hombres, que extrañamente funcionaba, todos afirmaron al unísono y golpearon su pecho protegido por los chalecos antibalas.

En un par de minutos se escuchó el sonido de motores avanzando, esa era la señal, el Diablo llegaba con sus hombres rodeando el lugar, a Dema le sorprendió la sincronía de esos hombres, al primer disparo de los contrarios bastó un disparo de regreso para derribar al atacante, era como una danza, una fiesta, todo llevó solo unos minutos para que su grupo pudiera entrar, los lideres estaban sometidos y los civiles amontonados en un rincón.

- El líder no está aquí, son sólo pendejos que se creen chingones.

- ¿Los armados?

Dima podía escuchar mujeres llorando y hombres rezando, voces jóvenes y muy viejas, era una mezcla de personas elegidas al azar, sólo el que Santiago sostenía parecía oponer resistencia, Dima lo escuchaba forcejear.

- Desarmados y sometidos, uno se mató él solo, no podía cargar el arma y se disparó a sí mismo, son novatos. Los que están en el rincón son esclavos, los secuestraron para trabajar.

Apreciaba la empatía del Diablo, pero estaba allí para limpiar de raíz, no para ser indulgentes, entre más rápido encontraran al líder, más rápido terminarían con todo eso.

Desenvainó su espada y la clavó en el hombro del hombre retorciéndola, haciéndolo gritar, escuchó el leve sonido de un disparo con silenciador que pasó muy cerca de él dándole a uno de los hombres de Santiago en un brazo, el Diablo respondió de inmediato y el sonido de un cuerpo al caer le hizo sonreír, su punto estaba claro ahora.

- Por cosas como esa es que no dejamos sobrevivientes, mátenlos a todos, excepto a los esclavos, a esos déjenlos huir.

- Pero...

Dima sacó la espada del hombre en el suelo y este volvió a gritar, Dema se estremeció, nadie objetaba las decisiones de su hermano.

- No dejamos sobrevivientes ni testigos, no necesitamos que avisen a su líder y estén preparados, le recuerdo que no estamos aquí como libertadores, eso es... un extra que calma nuestras conciencias, solo eso.

- Entonces hágalo usted, si cree que es bue juez, juzgue usted quien vive o muere, que yo no lo voy a hacer.

La risa cruel de Dima estremeció a todos y de un tajo cortó la cabeza del hombre a sus pies, las mujeres gritaron de terror al ver esa escena, el latino se quedó pasando al ver eso, Richard apartó la mirada, no compartía el método bárbaro que Dima aplicaba, aunque lo comprendía, había personas que no merecían una segunda oportunidad.

Antes de que alguien pudiera decir algo más se escuchó muy débilmente el motor de otro vehículo, probablemente nadie más que Dima podía escucharlo, se suponía que no esperaban a nadie más. Asi que Dima dio a sus hombres la orden de prepararse y abrir fuego apenas estuviera a la vista, sus hombres acostumbrados a sus excentricidades se prepararon.