Capítulo 8

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No podía resistirlo más, no podía respirar, estaba a punto de perder el conocimiento, estaba completamente a merced de su hermano.

Dima parecía tratar de devorarlo vivo, lo que significaba que su hermano estaba de mal humor, pero no se arrepentía de ello, los escalofríos que le recorrían el cuerpo valían completamente la pena.

No podía detenerlo y tampoco quería hacerlo, la boca de su hermano era el paraíso y el infierno. Asi que cuando se detuvo y su cuerpo lo registró Dema se quejó por la perdida.

- Eres un bebé, sólo quiero el lubricante.

- No, no, con tu boca está bien.

- Eso dices ahora, pero te quejaras después.

Dema era un bebé en la intimidad, le encantaba ser cuidado y mimado y su hermano lo conocía a la perfección, asi que dejó que Dima buscara el lubricante y lo trabajara bien hasta que estaba dilatado y resbaladizo.

- Eres tan sexy bebé.

Dema estaba a punto de decir que eran gemelos idénticos cuando Dima se enterró muy profundo en su culo con una estocada firme dando un largo gemido de placer, en ese momento Dema se olvidó del mundo, Dima conocía su cuerpo a la perfección, sabía dónde tocarlo y besarlo, había sido su único amante.

- ¿Asi, bebé?

Eran tan fuertes las estocadas y en el punto exacto que Dema estaba seguro de que explotaría pronto.

- Sí, así justo allí.

Su hermano se detuvo abruptamente, se retiró y lo giro boca abajo en la cama volviendo a entrar en él con fuerza, Dema dio un gemido fuerte, le gustaba ser complacido, pero también que su hermano fuera rudo con él a veces.

- Quiero cogerte por un buen rato bebé, esto será duro y lento.

Los ojos de Dema estaban en blanco, no podía articular palabras y no podía dejar de gemir y lloriquear mientras Dima le sostenía fuerte de las caderas acribillando su entrada sin piedad. Llevó su mano entre sus piernas y de pronto podía imaginar a Valentino chupándolo mientras su hermano lo jodía salvajemente, en verdad creía poder sentir la dulce boca tibia de Valentino y escuchar sus dulces gemido mientras lo ahogaba con su verga.

- pozhaluysta moya lyubov, ya idu. (Por favor, mi amor, ya voy...)

- Va...

Dema tuvo que morderse el labio antes de decir algo de lo que se arrepentiría por siempre, jamás le había pasado algo asi, jamás había sentido interés por otro hombre en la intimidad, mucho menos soñar con tenerlo en la cama junto a su hermano.

- Vamos amor... más duro.

- Dios bebé, estoy allí...

La voz de Val volvió a su mente Dema estaba en una extraña alucinación donde Val y Dima lo complacían. Casualmente Dima sintió una extraña sensación, sintió celos, era él quien tomaba el cuerpo de su hermano, pero lo sentía ausente asi que lo giró de nuevo casi doblándolo por completo enterrándose de nuevo y devorando su boca, tratando de consumirlo de cualquier forma posible.

- Duele, brat, eto ochen' bol'no. (Duele, hermano, duele mucho)

- Sólo yo, nadie más, nunca.

Era tan agresiva y demandante la forma en la que Dima lo dijo que Dema temía que su hermano se hubiera dado cuenta de algún modo.

Asi que se concentró en esas fuertes manos, en la voz profunda y en el olor almizclado de su hermano, el único hombre en el que debía pensar y entregarse, cualquier otra imagen que pasara por su cabeza estaba prohibida.

Amor Ilegal Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora