Capítulo 44

445 70 29
                                    

Estaban sentados en una de las mesas más alejadas del lugar, el pequeño Angello correteaba por allí entre juguetes de colores vibrantes, la tarde estaba cayendo y las personas regresaban a su casa después de un largo día de diversión, por primera vez Valentino no quería regresar a ese hermoso lugar que se había convertido en su hogar. Quería tiempo lejos de Dema para pensar en lo que le había dicho, no quería regresar a casa, aun no, en ese lugar se sentía libre, tenía su propia familia, no estaba listo para volver.

- Prácticamente te está forzando a hacer lo que él quiere.

- Si lo piensas tiene razón, Mikahil se volverá el dueño de todo si le damos la oportunidad.

- ¿Y eso sería tan malo? Toda mi vida me la he pasado entre fuego y balas, no le echaría de menos si se me diera la oportunidad.

Leonardo tenía razón, podían quedarse donde estaban y olvidarse de todo, aunque tendría que buscar una forma de ganarse la vida, no tenía idea de cómo hacerlo, pero podría intentarlo, amaba a Leonardo, podía formar una familia con él y el pequeño Angello, sería una de las cosas más sencillas que haría en su vida. No se había imaginado que la felicidad fuera asi de simple, un lugar tranquilo, un hombre dulce a su lado y la sonrisa de un niño iluminándolo todo.

No necesitaba lujos, ni hombres a su servicio, podía olvidarse de todo, incluyendo a Dema y sus propuestas, aunque estuvieran cargadas de ese hielo azul que lo congelaba de anhelo, asi que se sorprendió cuando lo defendió.

- Intervino por mí, se preocupa por la familia.

- Si, como no, te quiere en su cama y por la forma en que lo miras no le costara mucho esfuerzo. Dime ¿Me amas?

No podía ocultar que Dema era y seguiría siendo su debilidad, tenerle enfrente le erizaba la piel y le provocaba una mezcla de sentimientos que prefería no tratar de desenmarañar.

A veces cuando ese hombre aparecía en sus pesadillas, se veía a sí mismo como ese niño que escapó con él con sueños de esa misma vida que Leonardo le estaba ofreciendo, pero que Dema no podía darle, Dema había jurado lealtad a su padre, se había sumergido a ese mundo del que Valentino había sido expulsado y ahora quería arrastrar.

Leonardo le ofrecía lo que siempre había deseado, pero no se había atrevido a soñar. O al menos no con él.

- Por supuesto que te amo, a ti y a Angello, pero no es tan simple, mis padres me enviaron aquí como un castigo, él simplemente lo está haciendo más ameno.

Valentino desvió la respuesta, por supuesto que amaba a Leonardo, pero era un amor apacible y cálido, no era nada comparado con la pasión que había sentido por Dema cuando era más joven, el amor de Leonardo le hacía sentir seguro y en paz, lo que sentía por Dema amenazaba por quemarlo desde dentro.

- Podemos dejar todo esto, dile que no vas a volver y nos vamos a Nápoles, tengo un pequeño lugar lejos de la sombra de Santino donde podemos estar solos tú y yo, formaremos una familia con Angello y no volveremos a saber de este mundo.

- También quiero eso y lo sabes, pero también sabes que no es tan fácil, Dema dio su palabra, tiene un deber y yo... él está abogando por mí, merece una repuesta.

Podía verse en ese mundo que Leonardo le planteaba, podía verse renunciando a todo. ¿Pero, en que lo convertiría eso? Sería un cobarde a los ojos del mundo, un traidor a los de sus padres y un inútil a los de sus hermanos. Ya no era solo su orgullo el que estaba sobre la mesa, también era su dignidad, desde la aparición de Mikahil todo había cambiado, ahora había con quien compararlo.

Su único camino era una alianza con Dema Kozlov, reclamar su lugar en la organización y sobre el territorio que el ruso controlaba.

- Lo estás considerando, nunca dejaste de amarlo, ¿No es asi?

Amor Ilegal Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora