Capítulo 5: Investigación

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Fijo los ojos en una de las puertas de los salones. Entro, decidido a interrogar a mi prima, pero los gritos desde adentro me interrumpen.

Hiccup le estaba reclamando algo a Punzie, y ella solo alegaba con que había hecho lo correcto, o algo así me pareció escuchar.

Entré sin tocar la puerta y ambos se callaron se golpe cuando me vieron.

—¿Pasó un gato por aquí y les comió la lengua? ¿O solo fingen demencia delante de mi? —les pregunto y cierro la puerta.

—Quisiera tener demencia para nunca haber escuchado lo que le hizo Rapunzel a mi hermana. —dice Hiccup, molesto.

—¡Deja de culparme por eso! ¡Yo solo quería defender a Jack! —se defiende Punzie.

—¡Y nadie te pidió que lo hagas! ¡Nunca la escuchaste y es tu mejor amiga, Punzie! —le grita Hiccup.

—Ella ya no es mi mejor amiga.

—¿Me pueden explicar qué mierda esta pasando? —les pregunto y me recargo en el escritorio.

—Planteémoslo así —se mete Punzie— Puede que sin querer le haya gritado a Els, que mi mano le haya golpeado la cara... sin querer... y que ahora tenga la mejilla roja palpitando como una vena...

—Las venas no palpitan.

—¡¿Le diste una cachetada a Elsa!? —me acerqué a mi prima, hecho una furia. —¿Qué tienes en la cabeza?

—¡No tolere la idea de que te haya sido infiel! ¡Lo hice para que te sientas protegido!

—Deja de justificarte, Rapunzel. —murmuró Hiccup.

—Sabes que no tolero que nadie le ponga una mano encima —la señalo con el dedo— Mucho menos de supuestas mejores amigas hipócritas como tú.

Punzie me mira, avergonzada de que le haya dicho aquello frente a su novio.

—Pero...

—Mis problemas los resuelvo por mi cuenta y bajo mis medios —la interrumpo— Y si vuelvo a escuchar que le tocas una hebra de su cabello, vas a despertar algo que no te va a gustar.

—Eres un malagradecido —me encara y se gira a Hiccup— ¡Y tú también lo eres! ¡Todos aquí son unos traidores! ¡Los odio!

Se gira para salir del salón pero se estrella contra la puerta cerrada. Hiccup mira hacia otro lado y yo me cubro la boca para no contener la risa.

—¿Estás bien, cariño? —le pregunta mi amigo y ella nos mira, cubriendo su nariz.

Nos saca la lengua como niña pequeña, abre la puerta y desaparece por los pasillos.

—Joder —me cubro la cara con las manos— Lo siento mucho, Hiccup... no tenía idea de que le había dado una bofetada a tu hermana.

—Bah, no te disculpes, no fue tu culpa —confiesa— Si quieres pedirle disculpas a alguien, tiene que ser a Elsa.

—¡Ah! ¡Claro! Es mucho más sencillo pedirle disculpas a la chica que me fue infiel e inclinarme a besarle los pies. —exclamo, sarcástico. —Muchas gracias por tu ayuda.

Hiccup forma una sonrisa discreta y yo sé lo que significa esa cara.

—¿Ahora qué? —pregunto, cansado.

—¿Ah? —se hace el loco y mira algunos libros de Biología sobre la mesa— ¡Oye! ¡Mira! El mono y sus principales raíces... —lee el título de uno de los libros y yo se lo quito.

—¿Por qué sonreías y me mirabas como búho?

—No vayas a molestarte ni nada, —me dice— Pero por la manera en la que hablas de Flynn, parece como si estuvieses celoso.

Siento que pierdo el color de mi cara al escuchar aquello.

—¿Celoso? Sí, claro, como Flynn es guapísimo y es el chico de mis sueños...

—No hablo de él —se detiene— Sino de mi hermana.

—Espera —levanto un dedo para que se calle— ¿Entonces si es verdad que Flynn y Elsa han vuelto?

—¡Lo has admitido! ¡Estás celoso! —exclama feliz de la vida.

—En ningún momento he dicho eso.

—Bueno, no quiero que pienses que esto es chantaje —me señala— Pero si admites que estás celoso, puede que te diga la verdad sobre Flynn y Elsa.

—¡No voy a admitir cosas que no siento!

—Bueno, tu te lo pierdes, —se dirige a la puerta y la abre para irse.

Hiccup saca un pie fuera del salón y me mira de reojo, como si esperara a que lo detuviera y le rogara por que me diga la verdad, pero yo me quedo en mi lugar como un zombie.

—¡Ya me estoy yendo! —simula marchar como militar, a pesar de que no se mueve de su lugar.

Suelto un bostezo fingido y él se regresa, rendido. Festejo para mis adentros cuando sé lo que va a decir.

—Tu ganas, —me dice— Flynn y Elsa no han vuelto... es más, creo que ella lo odia más de lo que solía hacerlo.

Suelto un suspiro de alivio, como si por fin hubiese liberado la carga que tanto me carcomía por dentro.

Ay, Elsa... ¿Por qué insistes en mirar a otros horizontes, cuando está claro que nos seguimos perteneciendo el uno al otro?

Salgo del salón junto con mi mejor amigo, y empieza a platicarme sobre los próximos entrenamientos de fútbol. Sin embargo, siendo que su voz se escucha lejana cuando la veo.

Una chica.

Nunca la había visto antes. Estaba muy concentrada en unas hojas que parecían ser sus horarios. Su cabello era entre el negro y el azul oscuro, y tenía un flequillo que me caía por la frente. No tenía mucho estilo, ni era muy llamativa, pero cuando levantó la mirada de sus hojas, pude ver sus ojos azules intensos.

¿Quién es esa chica?

Ni siquiera estaba pensando cuando dejé a Hiccup hablando solo y me acercaba a ella como si fuese un imán y yo un pobre metal hipnotizado por su belleza.

Nuestra Tregua Romántica | Jelsa (Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora