Capítulo 12: Te extraño

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ELSA

Llegó el Día de Acción de Gracias. No sé qué planes teníamos, pero por ahora estaba conforme.

Mi padre lee tranquilamente el periódico en una de las bancas del tejado de nuestro edificio. Mi madre anota unas cosas en una libreta, mientras Hiccup se queja de que Lucy no pueda pasarle el balón. Todo este rato lo ha mandado al otro extremo del jardín.

¿Y yo? Yo solo intento que los insectos no me coman viva.

—¿Qué estás escribiendo, madre? —pregunto al ver a mi mamá con una libreta en su regazo.

—Todo el año pienso lo agradecida que estoy por tener lo que tengo —contesta— Y ahora que es Día de Acción de Gracias, me he olvidado de todo.

—¿Y crees que una libreta será la nueva cura para el Alzheimer?

—Quiero anotar mi discurso de agradecimiento para el almuerzo.

—¿Almuerzo? —pregunta Hiccup desde el otro lado— Yo solo pienso comer un plato de cereales con azúcar, y seré feliz.

—Pues aquí no importa lo que pienses —le dice mi madre— Este día es para pasarla juntos y agradecer por lo que tenemos.

—¿Agradecer por el estrés que llevo cargando y las ronchas que me provocan estas estúpidas flores? —me quejo.

—Entre otras cosas, sí —mi madre mira a mi padre— ¿Y tú cuando piensas escribir tu discurso, George?

—¿Eh? —mi padre pregunta, distraído.

—El de agradecimiento, ¿o acaso ya tienes uno en mente?

—¿Para que escribir cuando puedo usar mi maravillosa mente e improvisar?

—Muy bien, practiquemos. —pide mi madre— Dime lo que el mejor abogado de Nueva York dirá en el almuerzo de Acción de Gracias.

—Buenas tardes —ensaya mi padre— Doy gracias por mi salud, mi familia, mi trabajo, y mi hogar... ¡Ah! Y esos maravillosos roles de canela que Lucy sabe hacer... ¡Joder! ¡Están deliciosos! Que pasen una buena velada y buen provecho.

Mi madre frunce el ceño y niega con la cabeza, desaprobando la estupidez de aquel discurso.

—¿Esa es tu maravillosa idea? ¡Solo harás el ridiculo frente a los Frost!

Escupo el vaso de limonada por la nariz y el balón de Hiccup le cae a mi padre en la cabeza.

—¡Auch! —mi padre se soba la cabeza y aniquila a mi hermano con la mirada.

—¡Tienes la cabeza muy grande! —se queja Hiccup.

—¿Eso se hereda?

—Sí, y es culpa de tu madre. —se burla mi papá y mi madre le da un codazo, divertida.

—¡¿Los Frost!? —pregunté, alarmada— ¿Pasaremos con ellos el Día de Acción de Gracias?

—Con ellos y otras familias. —dice mi madre. —Iremos a un brunch para compartir con algunas de las familias más reconocidas de la ciudad.

—Lo bueno es que no nos sentiremos tan desorientados. Los Frost también irán. —agrega mi padre.

—Jack fue quien ha insistido tanto para ir, pero desconozco la razón.

—Sí, ¿por qué será? —Hiccup finge sorpresa.

¿Jack ha insistido? ¿Sabiendo que yo iba a ir?

—¿Por qué no quieres ir? Solo va a estar tu...

Nuestra Tregua Romántica | Jelsa (Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora