ELSA
—Pásame los papeles de la carpeta. —le pido a Merida y obedece enseguida.
Le doy una hojeada a la hoja. Están todos los nombres de las chicas que se habían inscrito a las pruebas de porristas. Voy tachando las que van pasando y voy aprobando a las que quiero en el equipo. Punzie y Astrid estaban a mi lado, opinando de cada chica que pasaba, aunque al final era yo la que tomaba las decisiones.
—¡Que pase Aurora Peralta! —grito para que me escuchen.
Una chica rubia se para en el centro del estudio de baile. Lleva un uniforme de porristas que claramente no es el de la escuela y unos pompones espantosos.
—¡Estoy muy emocionada! ¡Llevo tanto tiempo queriendo estar en el equipo...! —chilla y levanto la mano para que se calle.
—Primero que nada, buenas tardes. —le digo— Y no hablas hasta que yo te lo pida.
—No seas grosera. —me dice Punzie y mira a Aurora— ¿Qué edad tienes, linda?
—Umm... pues tengo quince años. Acabo de entrar al Instituto St. Juliard...
—¡Ah! ¡Maravilloso! Así que una chica que ni siquiera ha terminado de desarrollarse, quiere estar en mi equipo. —me burlo.
—Yo la veo muy bien desarrollada —Astrid ladea la cabeza— ¿Por qué te quieres inscribir al equipo, Aurora?
—Desde pequeña he practicado gimnasia...
—Eso no responde la pregunta —golpeo mi pluma contra la mesa— Y sigues siendo pequeña, no entiendo por qué hablas como si estuvieses en último año.
—Déjala hablar.
—¡Ni siquiera lleva el uniforme correcto de porrista! —me quejo— ¡Es que es tan...! Dios, piedad, por favor...
La chica carraspea su garganta y sigue hablando.
—La verdad es que entrar al equipo de Elsa Arendelle sería un privilegio para mi —continua Aurora— Eres un ejemplo a seguir, o por lo menos el mío. ¡Eres la chica más poderosa que conozco!
—¿Lo soy? —me planto en mi asiento, orgullosa.
—¡Sí! Todos lo saben, no sé como es que te sorprende.
—No me sorprende, solo me gusta que me lo recuerden —le digo— Y es por eso que te quiero en el equipo.
—¿De verdad? —sus ojos brillan, pero Punzie me da un codazo y se inclina a susurrarme.
—¡Psssst! ¡No puedes aceptarla en el equipo solo porque te ha elogiado! ¡Tienes que tener una buena razón para meterla! —me susurra un poco alto.
—Ah, ¿en serio? —asiente— Bueno, en ese caso... te voy a pedir que hagas una rutina para ver si puedes entrar.
—Pero me habías dicho que si podía...
—Bueno, ¿no me escuchaste o simplemente me estás ignorando? —la interrumpo y ella se calla.
—¿Qué rutina debería hacer?
—Ese ya es tu problema, no el mío. —le hago un ademán de que empiece— Puedes empezar cuando quieras.
Siento que pasan cinco minutos desde que Aurora se ha quedado quieta en su lugar. Todo este rato lleva pensando la rutina que haría para sorprenderme, pero empiezo a aburrirme cuando veo que no hay señales de que se mueva.
—No sé si tú intención sea que nuestros fósiles queden enterrados en este lugar —hablo— O si ya tienes algo en mente.
—La verdad es que... no sé hacer muchas cosas y...
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Nuestra Tregua Romántica | Jelsa (Libro 2)
RomanceSEGUNDO LIBRO | NUESTROS CAMINOS La manipulación es la clave para que Jack conozca a una chica totalmente diferente a su ex novia, tan llena de buenos sentimientos y siempre contagiando su felicidad a los demás. Cualquier chica hubiese estado feliz...