MARINETTE
Estoy nerviosa por la pijamada. He considerado si ir o al final solo quedarme con Jack a ver alguna película, pero no quiero parecer insegura. Solo es un grupo de chicas adineradas, ¿que podría pasar?
Intento encontrar algún bolso en buenas condiciones donde pueda meter mi ropa, pero todos están o rotos o viejos.
Le doy un vistazo a la mochila que llevo a la escuela y hago una nueva.
—¿Está bien si llevo mi mochila como maleta? —le pregunto a Jack, insegura.
Él me da una mirada que hubiese derretido a cualquiera. Incluso a algún chico. Aún no me acostumbro a que este hombre sea mi novio. Nunca he tenido uno, y espero poder dar lo mejor de mi.
—¿Qué tendría de malo? —pregunta.
—Es que... no tengo maleta de diseñador o... esas cosas que usan Elsa y sus amigas.
—Solo lleva lo que está a tu alcance —dice— No tienes por que comparte con ellas.
—¿Y si no les agrado y me terminan tirando por la ventana entre todas?
Jack se ríe un poco, se levanta de mi cama y se acerca a mi.
—A mi me gustas por lo que eres, no por lo que aparentas ser. —me da una caricia por la mejilla.
Entrelazo mi mano con la de él y le doy un beso en los nudillos.
—Entonces supongo que estoy lista.
—¿Supones?
—Lo siento. No —aseguro— Estoy lista.
—Estas perfecta, Cheng —dice— Solo una cosa. Evita disculparte tanto a cada rato. Puedes llegar a aparentar ser un blanco fácil.
—Oh, lo siento.
—¿Lo ves? —pregunta y sonríe.
Le lanzo un beso en el aire y el simula atraparlo. Cruzo por la puerta de madera y Jack me sigue para llevarme.
—Ah, ¿y Marinette?
—¿Sí?
—Ten cuidado con esas chicas, sobre todo con Elsa —advierte— Tiene el don de meterse en su cabeza si se lo propone. No dejes que lo haga.
—Solo es una chica de diecisiete años, Jack. Creo que puedo con ella.
—Mentón arriba, siempre.
Me planto como soldado y el empieza a reír.
* * *
—Hola... —tartamudeo frente a la puerta como idiota— No sé si esta sea la dirección correcta. Me invitaron a una pijamada...
—¿Pijamada de la señorita Elsa Arendelle? —me pregunta la sirvienta. —Adelante.
Entro con temor al penthouse, tomándome el tiempo de admirar mi alrededor. Había varios sirvientes en movimiento y la sala de estar estaba rodeada de camas modernas, bocadillos, maquillaje y revistas regadas por todos lados. El area apestaba a perfume y había varias chicas arriba de los sillones, saltando al ritmo de la música que sonaba.

ESTÁS LEYENDO
Nuestra Tregua Romántica | Jelsa (Libro 2)
RomanceSEGUNDO LIBRO | NUESTROS CAMINOS La manipulación es la clave para que Jack conozca a una chica totalmente diferente a su ex novia, tan llena de buenos sentimientos y siempre contagiando su felicidad a los demás. Cualquier chica hubiese estado feliz...