ELSA
Punzie no ha presentado signos graves, pero tendrá que quedarse algunos días más en el hospital. No está en condiciones para que la den de alta.
Hemos vuelto a clases y la semana ha sido estresante. Las sesiones de fotos tuve que hacerlas yo sola. Mi hermano ha estado visitando a Punzie diario para que no sienta el peso de quedarse en cama todo el día.
Voy caminando por el pasillo, hasta que veo una escena que me hace querer vomitar. Jack y Marinette están sentados en las gradas de futbol, compartiendo audífonos. Ella le está mostrando algo de su celular y el parece muy interesado.
Eso nunca lo llegué a hacer con él, ¿o sí?
Ugh.
Los amigos de Jack lo están llamando para que vuelva al entrenamiento, pero el parece decirles que continúen sin él. Eso me hace explotar, así que me dirijo hacia a ellos.
No parecen notar mi presencia, así que le quito el audífono a Marinette sin cuidado.
—¿Qué hacen? —les pregunto, curiosa.
—¿Besándonos? —responde Jack y me molesta su sarcasmo.
Marinette se pone del color de un tomate.
—Es mentira, pero no me molestaría hacerlo si tú quieres. —le dice a Marinette y ella le sonríe.
—En realidad le estaban mostrando a Jack...
—¿Una chica se abre la cabeza y a ustedes se les ocurre reforzar la amistad? —miro a Jack— Y para ser más específicos, se trata de tu prima.
—Y lo lamentamos mucho. —explica Marinette pero Jack le pone una mano en su pierna para que no me dé explicaciones.
—Me duele mucho el accidente de Punzie, te lo aseguro —dice— Pero no podemos quedarnos estancados en el dolor. Lo mejor es que sigamos con nuestras vidas y me dejes manejar la mía en paz.
Me cruzo de brazos, molesta. Nos miramos por unos segundos, fijamente.
—Guao —sonríe Marinette— No quisiera sonar entrometida ni nada, pero puedo sentir el peso de su tensión.
Me rasco la nunca, avergonzada y la ignoro.
—Seguro son las mismas ganas de querer cortarnos la cabeza. —Jack sonríe como un angelito.
—No todo gira en torno a ti. Vine a hablar con Marinette —respondo.
—¿Conmigo?
—A menos que ese sea el segundo nombre de Jack, sí, tú.
—Ya regreso —le avisa a Jack y se levanta— Si no regreso es porque...
—Porque Elsa te comió con sus dientes de tiburón, lo sé —Jack ladea su cabeza y me mira— He pasado por situaciones similares.
—Esas cosas si las recuerdas, ¿no? —pongo los ojos en blanco y me alejo, Marinette siguiéndome por detrás.
Me desvío para hablar debajo de las gradas y tener un poco más de privacidad. Me apoyo en un barandal de brazos cruzados y ella traga saliva, nerviosa.
—¿En que puedo ayudarte? —me pregunta.
—Si logras desaparecer de la faz de la tierra, sería increíble. —respondo. —Y veo que has dejado de grabar con esa cámara espantosa.
—No hay mucho que grabar debajo de unas gradas —se encoge de hombros— Siempre son las mismas latas de soda que la gente deja por aquí.
—Así que... caperucita azul—me paseo a su alrededor y ella parece intimidada— Me imagino que recuerdas el día del accidente de mi mejor amiga.
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Nuestra Tregua Romántica | Jelsa (Libro 2)
RomansaSEGUNDO LIBRO | NUESTROS CAMINOS La manipulación es la clave para que Jack conozca a una chica totalmente diferente a su ex novia, tan llena de buenos sentimientos y siempre contagiando su felicidad a los demás. Cualquier chica hubiese estado feliz...