JACK
—Se ve asquerosa. —miento ante la gran pizza que nos acaban de dejar en nuestras narices.
—Las apariencias engañan.
—No tiene mucho sentido que digas eso, Cheng.
—Porque tú si eres un niño rico. Es diferente.
—¿Quién dijo algo de dinero?
—¡Pruébala ya!
—Eso no va a entrar en mi boca —arrimo mi plato a un lado— ¿Quieres saber lo que sí va a entrar?
—¿Qué?
—Tu lengua.
Marinette se torna roja, casi morada. Le abanico la cara con mis manos para fastidiarla y ella me da un manotazo muy leve en mi mano.
Me recuerdan a los manotazos de Elsa, solo que ella los daba más fuertes.
Y aún así me encantaba.
Hablando en pasado. Ahora, estoy viviendo mi presente con una de las chicas más intrigantes que he conocido.
—Te voy a proponer algo. —dice Marinette.
—¿Matrimonio?
—No, Jack. No todo se trata de amor y citas.
—Si se trata de ti, sí.
—Si no te gusta la pizza, eres libre de irte. Hasta puedes llamar a tu chofer para que venga a buscarte.
—Eso suena tentador.
—Pero si te gusta...
—Lo cual no va a suceder, pero ajá...
—Te vas a quedar y vas a cantar una canción conmigo en el show.
—¿Show? —casi me rio al escuchar aquello— ¿De qué hablas? Me quedé en algo de propuesta.
—¿Ves el pequeño escenario de allá? —me señala lo que parece ser un espacio para cantar, frente a los clientes del bar— Es para que la gente vaya a pedir su canción y la cante.
—No te voy a dar el gusto de hacerla de cantante, tampoco me va a gustar esa pizza y me voy a largar en cuanto tenga la oportunidad. —le aclaro y ella asiente, como si no me creyera.
Tomo un pedazo de pizza y me lo llevo a la boca.
Mierda.
En el momento en que pruebo el primer bocado, siento que la gloria llega a mi boca. Esto es lo más jodidamente delicioso que he probado. Ya veo por qué la mayoría de los turistas, viene a almorzar a este restaurante-bar.
Hago una mueca de disgusto para simular que no me gustó, pero Marinette empieza a reír.
—¡No hagas caras! —me embarra de salsa de tomate en la nariz, con su dedo.— ¡Claro que te gustó!
—¡Oye! ¡Ensuciarme no estaba en el contrato!
Tomo con mi dedo un poco de queso fundido, y se lo unto en la mejilla derecha. Se sonroja cuando empieza a reír, y siento que es lo más adorable que he visto de su parte.
—¿Y bien...? —espera una respuesta.
Ruedo los ojos.
—No está tan horrible. O sea, podría comer otra rebanada...
—Y otra...
—Y otra, y otra más, pero hasta ahí. —me río— Y nada de eso es porque me haya gustado, ¿de acuerdo?
ESTÁS LEYENDO
Nuestra Tregua Romántica | Jelsa (Libro 2)
RomanceSEGUNDO LIBRO | NUESTROS CAMINOS La manipulación es la clave para que Jack conozca a una chica totalmente diferente a su ex novia, tan llena de buenos sentimientos y siempre contagiando su felicidad a los demás. Cualquier chica hubiese estado feliz...