Capitulo 29: La mirada

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NARRA LA AUTORA

El curso escolar ha acabado el día de hoy y en el momento en que el reloj marcó la hora de la salida, todos aventaron sus libretas al aire y salieron corriendo de los salones.

Todos le impedían el paso a Elsa por pedirle que firme los libros de todos. Las chicas rodearon a Jack para hacer lo mismo. Punzie pasaba guiñando el ojo a los chicos, con el brazo de Hiccup rodeado por sus hombros.

El baile de graduación es esta noche y todos están muy emocionados, ya que será oficialmente la última vez que se verán. Será en el gimnasio de la escuela. Los de último año se habían encargado de decorarlo lo mejor posible, con globos dorados y negros, serpentinas, bebidas, bocadillos, y habían preparado las urnas de cristal para que voten por el rey y la reina del baile.

Los que trabajan en el salón de belleza de los Arendelle, han estado muy saturados de trabajo hoy. Unos maquillan a Elsa. Otros eligen el vestido que usará Punzie, y otros se encargan del peinado de Astrid.

—Son más de las cinco y no ha comido nada, señorita Elsa. —dice Lucy, preocupada.

—Sé leer el reloj que tengo frente a mis narices, gracias Lucy. —contesta Elsa, disgustada.

—¿Quiere que le prepare algo de comer?

—No puedo comer nada ahora. No quiero que mi estómago se inflame y me deje de quedar el vestido.

—Mínimo los estilistas ya saben tus medidas. —dice Punzie— A mi aún me tienen que... !Auch! ¿Podrían no ajustarlo demasiado, por favor?

La señora que ajustaba la cintura de Punzie con un corset, suaviza la acción.

—Lo siento, señorita.

—No hay problema. Mientras no me dejen sin hígado, estará bien. —sonríe Punzie.

—Siento que parezco una dona. —dice Astrid, viendo su peinado frente al espejo.

Elsa ladea la cabeza para verla mejor.

—Bueno, no tienes el mejor cuerpo pero tampoco diría que pareces una dona.

—Hablo de mi peinado. —Astrid dobla los ojos.

—Ah —murmura Elsa— Se ve bien, Astrid. No creo que tu pareja se vaya corriendo cuando te vea.

Punzie se gira sobre su asiento y se enfoca en Astrid.

—Es verdad, ¿quien será tu pareja?

—Um... una chica de segundo año... nada importante. —murmura Astrid, avergonzada.

—¿Irán como amigas o algo así? —pregunta Elsa.

Las mejillas de Astrid se tornan rojas al instante.

—Oh, Dios mío. —Punzie parece emocionarse— ¡Te gustan las mujeres!

—¡No! ¡No es eso! —se defiende Astrid al sentir el peso de las miradas en ella.

—Eso no me lo esperaba. —Elsa se encoge de hombros.

Nuestra Tregua Romántica | Jelsa (Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora