Capítulo 36: El día de campo

70 7 1
                                    

ELSA

Hunter saca la última botella de agua de la canasta de picnic y la acomoda sobre el mantel. Había niños, perros finos y algunas parejas en todo el jardín. Era enorme, y había suficiente espacio. Además, teníamos vista a uno de los lagos más grandes y tranquilos del lugar.

Es muy dulce de tu parte haber cocinado todo esto solo para tener un picnic conmigo. —le agradezco a Hunter, sonriendo.

—En realidad, lo he comprado todo.

—Oh —murmuré— Bueno, es igual de romántico.

—Por lo que he leído de ti en los periódicos, he visto que eres una chica que le gustan los lujos.

—Los medios siempre van a exagerar —suelto una risita— También soy de cosas sencillas.

—Tu ex novio no luce muy sencillo que digamos.

—¿Disculpa?

—Ah, es que también han revelado fotos tuyas y de Jack Frost —dice— Cuando solían ser novios, claro.

—Ah. Pues mira, no soy muy de hablar de mis ex novios en la primera cita.

—Oh, discúlpame si te he ofendido...

—No, no. Para nada —interrumpo amablemente— Pero tan solo con escuchar el  nombre de Jack Frost, es un insulto a mi persona.

—¿No se llevan bien?

—Hemos tenido que intentarlo. Nuestras familias son muy cercanas y... —me doy cuenta de lo que hablo y decido cambiar el tema— ¿Por qué no mejor me cuentas sobre ti?

—Bueno, suelo ser un chico tranquilo. La verdad es que me encanta conectar con la naturaleza...

Asiento con la cabeza a todo lo que me dice, pero dejo de escuchar en el instante en que veo a Jack y a Hiccup a la distancia.

Dios mío.

Mátenme.

Están jugando fútbol. Punzie les hace compañía, leyendo debajo de un árbol. Jack, a espaldas de Marcus, empieza a señalarlo y a imitarlo, haciendo caras y gestos nada amables.

Intento hacerle una seña para que deje de hacerlo, pero él solo me lleva la contraria y continúa. Hiccup parece decirle que pare, pero lo ignora.

—¿Elsa? —escucho la voz de Hunter— ¿Todo bien?

—¿Eh?

—Estabas moviendo los brazos a mis espaldas. Parecías un pájaro o algo parecido. —dice, entre risas.

Me sonrojo al darme cuenta que no he sido muy discreta respecto a las señas que he querido hacerle a Jack.

—¡Ah! ¡Para nada! Es que me ha picado un insecto, es todo.

—¿Quieres que te presente repelente?

—No, está perfecto. Te he escuchado todo el rato que has hablado, ¿así que eres alguien que conecta con la naturaleza?

—Sí, aunque eso ya lo he dicho hace como media hora.

—Claro. —mis mejillas arden.— Solo estaba jugando.

—Pero bueno, como te decía, también me encanta la repostería.

—¿En serio? ¡A mi se me da cocinar bastante! —miento descaradamente.

—¿De verdad? ¿Qué cocinas?

Mi mente se queda en blanco e intento improvisar.

—Un poco de todo.

Nuestra Tregua Romántica | Jelsa (Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora