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Peter, Harley y Visión, se habían encontrado por accidente la gema del tiempo, de pronto esta hace un gran destello por la relación con la gema de la mente y los transporta al pasado.
Justamente después de la segunda guerra mundial.
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—Peter... ¡Peter!
El chico castaño lo miró algo espantado. Harley lo miró con extrañeza, ¿Qué sucedía con él? Se había quedado de pie después de que el Stark salió corriendo de la casa, como alma que le persigue el diablo. No había entendido nada, Visión y el se encontraban cocinando cuando apenas escucharon unos gritos.
—¿Estás bien? ¿Algo pasó con Howard?
Peter lo miró un momento, sentía un sudor frío por toda su espalda. Sacudió levemente su cabeza—No lo sé, no tengo idea. Pero algo está sucediendo, puedo sentirlo.
Jarvis pudo oírlo—¿sucediendo algo? ¿A qué se refiere?—por supuesto que le asustaba la manera en que se fue Howard, era muy raro verlo de esa manera.
Peter aún nervioso empezó a explicarle—Vale, no se si pueda entenderme, pero los poderes que poseo, no son solo super fuerza o defensas altas. Tengo un tipo de sexto sentido. Nunca puedo saber con exactitud las cosas que me avisa, pero justo en este momento, siento algo... no puedo decir con claridad si es bueno o malo.
Jarvis trago saliva sobre ese dato, Howard apenas le dijo que era algo de María. Su actual pareja. O bueno, eso tiene entendido.
Han pasado meses desde la última vez que la vio, su señor la conoció a mitad de la guerra. El amor fue de inmediato, que hizo que Howard dejara de estar de mujeriego de la vida. Estaba empezando a sentar cabeza lentamente. Pero de repente, María Carbonell no volvió a aparecer.
Pudo escuchar noches donde Howard hablaba con ella por teléfono, pero se fueron disminuyendo. Hasta que el Stark empezó a enviar cartas, donde descubrió que era probable que el envio fuera desviado de su destino. ¿Tenía alguna conexión?
—Espero no sea nada malo, Parker—le decía Harley—Creo que tenemos suficientes problemas.
—Como si yo pudiera controlar eso —le soltó algo molesto Peter. Justo en ese momento el volteó a ver a la entrada y un minuto después, tocaron el timbre. Jarvis vio esto sorprendido.
Edwin camino hasta la entrada y era Peggy, junto a los agentes. También estaba Angie.
—Srta. Carter... ¿Qué sucede?
—Además de traerles información sobre Hammer, vengo a disculparme contigo.
Jarvis la miró extrañada, pero Peggy le conto que vio a Anna en la ciudad. Que ella le dijo todo lo que sucedía, pero omitió la parte donde vio a ese hombre.
Jarvis suspiró y la miró—Margaret... nada de eso es tu culpa, di mi consentimiento de ir, de acompañarla a las misiones, di mi palabra. Una promesa no son solo palabras, es la acción de la misma. Eres mi amiga Peggy, siempre debes recordarlo.
