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Peter, Harley y Visión, se habían encontrado por accidente la gema del tiempo, de pronto esta hace un gran destello por la relación con la gema de la mente y los transporta al pasado.
Justamente después de la segunda guerra mundial.
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El día ya había acabado y lo que acompañaba era una noche con musicales de los Asgardianos en los patios del complejo, Tony no tenía problemas en que hicieran sus festejos o cultura, no quería ser cruel y dejaba que fueran ellos mismos.
Algunos instrumentos fueron hechos a manos por los mismos Asgardianos o Tony ayudó un poco, las mujeres cantaban, ellos bailaban alrededor de fogatas. Ahí estaban May, Gabriela y Rosie, disfrutando de la danza, distrayéndose un poco.
Los demás Vengadores se habían sumado a la fiesta porque parecía interesante, quienes más se divertían eran Scott, Clint y Sam, se sentía cómodo con ellos. Bruce preparaba algunos dulces con ellos, Valkiria le ofreció esa idea y se sentía a gusto.
Los demás hablaban con los guerreros, Natasha había aceptado una pelea con un soldado asgardiano, quien tenía el ego muy alto pensando que una Midgardiana no iba vencerlo. Thor quien ahora estaba recuperado, con un ojo falso, carcajeo en alto cuando ese soldado fue vencido como si nada por su amiga.
—Así aprenderás a no menospreciar a cualquiera soldado, vamos, ponte de pie—le dijo ayudándolo después de la golpiza de la mujer pelirroja.
—¿Está seguro que no desciende de aquellos humanos que nos veneraban antes?—preguntó el soldado mientras quitaba algo de sangre de su nariz—Porque se parece mucho a esas mujeres.
—No podría saberlo, para nosotros eso fue hace poco, para ellos hace muchos años.
El soldado no dijo más nada y se acercó a la mujer para ofrecer su mano como gesto de respeto, lo cual, Natasha devolvió tal gesto.
—Usted es muy fuerte, mujer humana.
—Eso parece. Gracias —Respondió ella con una sonrisa.
En otra parte, Steve escuchaba las anécdotas de batallas de algunos de ellos, mientras le ofrecían algunos aperitivos que habían hecho. Tomó también de esa bebida que hacían, pero no mucho, no quería marearse, sabía que la bebida alcohólica de ellos si le afectaba.
—No estás prestando atención.
Steve volteó a mirarlo—Buck. Yo… bueno, solo un poco. Solo tengo problemas de imaginarme esas bestias que dicen.
Bucky tomó de un solo trago la bebida. ¡No había podido estar ebrio por mucho tiempo! Se sentía bien eso.
—No te culpó —le dijo mientras tosía por el sabor fuerte y luego masticaba los dulces.
—¡Eh! ¡Comparte un poco!—gritó Sam, quien cayó encima del soldado, este se molesto alejando el dulce. Sam extendía su mano sin importarle estar encima del otro—¡Vamos Barnes!
