CAPITULO ESPECIAL - Y VIVIERON FELICES...

5.3K 360 492
                                    

Estaba muy seguro de que iba a explotar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Estaba muy seguro de que iba a explotar.

No podía ser de otra manera, era imposible que algo tan lleno no fuese a explotar. Y en realidad, la verdadera pregunta era ¿Cómo había logrado Pixie meter algo en esa maleta? ¡Porque era un desastre! La ropa sobresalía, los listones de satín de las zapatillas de ballet estaban enredadas en un costado y las zapatillas colgaban detrás, eso era una abominación. Trató la maleta como si fuese material radioactivo, la bajó del auto con sumo cuidado y la dejó en el suelo temiendo que de verdad explotase cuando tocara el suelo. Eso no pasó.

A su lado, Pixie, que era más diminuta que Rezza, miraba a Enzo expectante.

—Pixie, linda —dijo Enzo entonces. Los de la mudanza pasaron a su lado, cargando un sofá y unas estanterías para meterlas dentro de la casa —. ¿Qué demonios metiste ahí?

Pixie pestañeó, ladeó la cabeza y asintió.

—Ah, solo lo necesario.

—Tienes otras dos maletas.

—Sí, y en esas está lo no necesario. En esta —dijo, señalando la que habían dejado —. Está lo necesario.

—Parece que va a explotar.

—Puede que lo haga —admitió, mirándola un momento. Se encogió de hombros —. No creo que sea mortal.

—Comienzo a dudarlo ¿Has visto lo filosos que son tus broches para el cabello?

Pixie se echó a reír y fue detrás de Enzo cuando éste siguió su camino fuera del jardín principal, de vuelta al auto y al camión de la mudanza. Pixie le siguió dando saltitos, gráciles y elegantes pero que hacían botar su cabello rubio a cada paso que daba, al igual que su falda plisada que volaba por los aires.

—Yo tendría más miedo por una explosión del maquillaje —anunció ella, haciendo malabares para no chocar con los empleados de la mudanza.

Detrás de la cerca blanca en aquellos suburbios, en plena calle, el desastre era acogedor. Una nueva familia llegaba al barrio, y Rezza era quien mandaba a todos en ese momento, dando órdenes aquí y allá sobre cómo bajar los muebles y dónde debían dejarlos al pasar. Alzando la voz por sobre las quejas de Evie e Isaac para tenerlos bajando las maletas y las cosas que habían llevado del auto, jalándolos de la correa invisible para que nadie entrase a elegir habitación aún. Jules estaba ayudándoles también, cargando con cualquier cosa que Rezza le pedía.

Enzo, viéndolo a la distancia, no podía estar más contento. Al fin, una casa dónde todos pudiesen vivir juntos.

Le revolvió el cabello a Pixie y aprovechó para apartarla lejos de la cerca cuando la vio fijar la mirada en una mariposa que pasó volando por al frente y le vio las intenciones de perseguirla. Era un gato en toda regla.

Pero también era una niña preciosa, de grandes ojos claros que brillaban de admiración cada vez que miraba a alguno de sus nuevos padres, parecía seguir a Enzo como si fuese su sombra, y vivía encima de Rezza en forma de gato siempre exigiendo cariño. Aunque era la más reciente en llegar, Pixie ya llevaba un año con ellos entre papeleos, ayudas y muchas investigaciones por la forma en la que llegó.

El lobo que deseaba salvar a una mariposa herida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora