22. La muerte siempre es salvación

6.3K 792 1K
                                    

La conversación con Enzo se mantuvo en su cabeza todo el día

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La conversación con Enzo se mantuvo en su cabeza todo el día.

Se mantuvo ocupado con la autopsia, pero cuando terminó el trabajo y su mente volvió a estar despejada, la conversación con Enzo se repetía una y otra vez junto a la imagen de la tarjeta de la psicóloga. No pudo dejar de mirarla mientras iba camino a casa en el bus, pensativo ¿Enzo tendría razón? ¿Sería buena idea ir con ella? Mucho le había costado contarle sus problemas a Enzo, aun se sentía débil y desprotegido al decírselos, pero de ahí a hacerlo con un completo extraño era totalmente distinto. Batalló con la tarjeta entre sus dedos, jugó con ella, la frase plasmada en ella venía tan bien con él además, como si la tarjeta hubiera sido hecha para serle entregada a él en especifico "Hay heridas que nunca se muestran en el cuerpo que son más dolorosas que cualquiera que sangre"

Eran unas palabras muy reales. Solo que en su caso, sus heridas físicas estaban tan hondo que llegaban hasta su interior.

Le tocó guardar la tarjeta de nuevo cuando llegó a casa y entró al edificio, llamó el elevador y esperó por él. Su teléfono sonó en aquel instante, lo sacó y contestó, extrañado de que Kali le llamara. Casi nunca lo hacía.

—Si necesitas algo de la autopsia, será mejor que esperes a-

—¿Dónde estás?—preguntó la chica, apresurada —. Farra va por ti de inmediato. Lo envié con un portal.

Sorprendido por lo abrupto de la petición, Rezza miró el teléfono con extrañeza. El ascensor abrió sus puertas y entró a paso dudoso.

­—De hecho, estoy algo ocupado hoy. Tengo planes.

Atacaron a Enzo —dijo Kali, y Rezza sintió las palabras como un golpe que le sacaron el aire—. Lo apuñalaron.

Si Kali dijo algo más, Rezza no lo escuchó. Repitió en su cabeza las palabras, una y otra vez, corrido como un disco rayado y en su cuerpo se instaló el pánico. Jadeó por la sorpresa, miró el celular como si esperara que fuese una broma pero se encontró dándose cuenta que Kali jamás bromearía con eso, al menos no con él.

No encontró las palabras, todo su cuerpo tembló de solo imaginarse a Enzo siendo atacado. Pero...era un lobo, un alfa, un hombre lobo fuerte y capaz, no debía estar mal ¿verdad? seguro estaba bien, sano y salvo y solo era un rasguño. Enzo siempre alardeaba de su factor regenerativo, de la rapidez con la que podía curarse, seguro estaba bien. No debía ser la gran cosa.

—¿Cómo está? —preguntó, quizás no era la pregunta correcta, pero nada más salía de su boca.

Farra irá a buscarte con un portal, Enzo está con su manada. Yo iré con el capitán a donde le atacaron ­—anunció la náyade, sin contestar la pregunta. Su voz sonaba ahogada, apresurada, Kali estaba tan nerviosa y alterada—. Fue con plata, Rezza. No sé...no sé como está, no pude hablar con él bien, pero su alfa logró llegar a tiempo. Solo ve, por favor. Ve por mí, hasta que yo pueda ir.

El lobo que deseaba salvar a una mariposa herida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora