12. Es una promesa

8.3K 903 1.2K
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El sonido estruendoso de su teléfono sonando fue lo que le hizo abrir los ojos. Enzo reprimió un quejido y miró fugazmente hacia la ventana de su habitación, la noche de Rivershire se alzaba con sus estrellas brillando en el firmamento ¿Qué horas serian? Aun no era momento de levantarse ¿Quién diablos llamaba?, rodó por la cama y estiró su brazo hacia la mesita donde su teléfono descansaba para tomarlo, restregándose los ojos para leer quién demonios era.

Capitán Sutton

Arqueó una ceja, eso debía ser...eso era raro. Y eran las cuatro de la mañana ¿pero qué demonios? Contestó con duda e incertidumbre, esperando oír al capitán borracho por alguna razón, pero no fue eso lo que escuchó, la voz de su capitán estaba bastante lucida cuando soltó la bomba. De verdad que para ese momento, deseaba que fuese su capitán borracho, lo hubiese preferido.

Las hadas han roto el trato.

El sueño se fue de su cuerpo de un sopetón, se incorporó en la cama para sentarse casi de un salto y tragó en seco. Eso no podía ser verdad ¿Cómo demonios? ¿Hestia se había vuelto loca?

—¿Cómo? —preguntó incrédulo, necesitaba respuestas, necesitaba conocer más de lo que pasaba. Presionó sus dedos sobre su frente, buscando despejar la cabeza. — ¿Qué, qué pasó?

Recibí la llamada hace nada. Las hadas convocaron a los cazadores, SOLO a los Anifei Addols, a ese grupito de cazadores a una reunión, resultó ser una trampa, todo para provocarlos...—comenzó a contar el capitán, su voz sonaba cautelosa pero serena —. Esto es malo, Biecchi, intentaron matar a uno. A uno de los hijos de la cabeza. Enzo, se que tu alfa confía en ti y que está en planes que tu tomes el mandato, así que por eso te he llamado a penas me he enterado. Las cosas van a estar difíciles a partir de ahora...

—En especial para Rezza —soltó, pues no podía aguantarse más. Porque fue el rostro de Rezza lo primero que pasó por su cabeza nada más escuchar la noticia —. ¿Intentaron matar? ¿Está vivo entonces? ¿Y qué pasó con la reina?

Escuchó como su capitán ahogaba una risa seca.

Sigue siendo un hada, Biecchi. Y de las de Hestia. Así que ojos en él. No quiero que esté sin vigilancia por estos días, no te dejes engañar —Enzo intentó tanto reprimir el gruñido que escuchar esas palabras le dejaron, y por suerte lo logró, pero no por ello se salvó de escuchar un refunfuño de molestia de pate del capitán —. Según lo que se, aun no está fuera de peligro. Ojalá viva, porque como se muera, será peor para todos nosotros. Cuelgo ahora, infórmale a tu alfa, aunque ya debe saberlo. Nos vemos en la comisaria.

Y sin darle oportunidad al lobo de responder algo más, colgó, dejando al pelirrojo mirando el teléfono con duda y no mentiría si decía que algo de miedo. ¿En qué momento había pasado todo eso? Había sido tan repentino, si entendía a las hadas moviéndose y estando en peligro constante pero ¿actuar? Diablos, Enzo no sabía cómo tomarlo, estaba impactado.

El lobo que deseaba salvar a una mariposa herida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora