LEXIE
Las clases de ballet son mucho más pesadas de lo que me imaginaba.
Recuerdo que de niña solo nos enseñaban a abrirnos de piernas o estiramientos básicos, nada forzado o doloroso para nuestra edad. Pero ahora, siento que parece más gimnasio que baile.
Una gran capa de sudor pesada está en toda mi espalda empapando mi blusa blanca, que por cierto es una de mis favoritas. Refuerzo mi coleta jalando de algunos mechones y presionando para que se siga manteniendo en esa posición.
La profesora Fernández se levanta de su silla para ponerse en el centro de la sala enorme y llena de espejos y ventanas medias abiertas. Sostiene su cuaderno de apuntes en un brazo y con el otro se peina el cabello.
—Bien chicos, hasta aquí va a terminar la primera práctica. Hicimos un poco de calentamiento, una presentación de cada uno y estiramientos tranquilos, nada pesados.
Dígale eso a mi pobre cuerpo.
—Para la próxima reunión, vamos a ver que presentaremos en un par de semanas. Yo tenía una idea en mente, pero creo que sería mucho mejor que entre todos elijan uno como equipo.
Mis compañeros asienten a mi alrededor. Somos aproximadamente diez o quince en total. Un pequeño elenco.
—De acuerdo, ya se pueden ir todos y recuerden que: Todos vivimos rodeados de arte, desde lo más mínimo hasta lo más llamativo. Incluso ustedes son arte mis niños.
¿Y esa frase de donde la sacó? ¿Un libro de superación personal?
Cojo mis cosas de una esquina en el suelo y camino detrás de todos los que salen hablando entre ellos.
Camino hasta la salida, a punto de sacar mis audífonos cuando un brazo me toca el hombro. Me sobre salto y giro asustada.
—Lo siento, no te quise asustar. Te olvidaste esto ahí dentro.
Miro de pies a cabeza a el chico que me está hablando con un tomatodo transparente en su mano cerca de mí.
Entre cierro mis ojos un poco, detallando su cara lo más posible. Sus ojos claros me miran con curiosidad.
—Espera yo... ¿Creo que nos conocemos de antes? —pregunto.
Agarro mi tomatodo, sin despegar mi mirada de la suya.
—Creo que sí, yo nunca olvidaría unos ojos como los tuyos.
Me pongo sería totalmente y giro los ojos.
—Ya te recuerdo. —Cruzo mis brazos— ¿Estudias en la universidad frente a la cancha del futbol?
—¿Eres una acosadora?
—No. Yo también estudio ahí. —Aclaro— Y de seguro tú juegas para ese equipo que pierde en todos los partidos, ¿verdad?
Imita mi acción con los brazos.
—Ya te recordé a ti también, chica tumba cuerpos.
Suelto una risa. Los demás pasan por nuestro lado para salir de edificio y uno que otro voltea para vernos y seguir hablando.
—No te hubiera tumbado si no te hubieras metido en mi camino.
—Y no me hubieras tumbado si no te metías en un entrenamiento privado.
Chasqueo la lengua.
—Quieres decirme algo más o ya me puedo ir a mi casa, porque estoy demasiado cansada en serio.
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Besos Que Duelen [Besos #2]
Teen FictionLexie Williams, más conocida como "Girl guitar" para sus fanáticos, es una chica que tiene una doble vida. Sí, una doble vida. Por el día asiste a su universidad, mientras que en las noches se escabulle para dar conciertos en callejones donde solo g...