9. Problemas familiares

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LEXIE

—Eh no. Definitivamente no voy a hacer eso.

—Vamos, dije que si me ayudabas en esto te iba a perdonar.

—¡No sabía que sería específicamente este favor!

Lo miro con mala gana.

—¿Quién demonios tiene como sueño adoptar a un pavo?

Bien tal vez es algo estúpido, pero desde que llevaron uno vivo a mi casa para navidad siempre tuve admiración por ellos. Y más cuando se puso a correr por toda la casa.

—Es una historia larga. Ahora debemos de aprovechar que no están despiertos para poder llevarnos a uno.

Venimos luego que terminó el partido y obviamente perdieran. Casi era media noche y muy poco posible que la gente siga despierta.

Tomé la mano de Cayden y lo guie por la parte trasera del establo gigante. Estábamos en un campo a minutos de mi casa y de la ciudad, pero a metros de un pueblo pequeño que está cerca.

Busque una puerta trasera que esté abierta o que no sea tan notoria y así nadie se dé cuenta que estamos aquí.

Y la encontré.

—Está con seguro. —Murmuré en el momento que la quise abrir. Empujé con fuerzas para ver si podía romperlo, pero no lo logré.

—Permíteme.

Cayden me hizo a un lado y se remangó la chaqueta.

—Eh si no lo puedes abrir no te preocupes, todos sabemos que no eres tan fuerte tampoco.

—Listo.

Fruncí el ceño cuando vi la puerta abierta. ¿Se abría para afuera?

—Que mala estructura, ¡todas las puertas se abren para adentro!

Ríe, negando con su cabeza de un lado a otro.

Caminamos entre los corrales tratando de no despertar a los demás animales y busco con la mirada a los pavos. Pasamos por los caballos, las vacas, algunos cerdos, hasta que por fin llegamos al lado de los pavos junto al corral de las gallinas.

—Listo, ahí están. Toma cualquiera y vámonos.

Miro mal a Cayden.

—No voy a tomar a cualquiera, tiene que ser uno especial.

Me giro de nuevo y veo a aproximadamente doce pavos. Busco uno que se parezca al que vi cuando era niña y me detengo en uno marrón que descansa cerca de la entrada al corral.

Bajo lentamente mis brazos y lo acaricio por encima. Se remueve un poco, creo que se va a despertar, pero sigue durmiendo. Me acomodo mejor y lo tomo con rapidez antes que haga ruido.

Mala elección.

Se despierta y entre mis brazos empieza a aletear con fuerza, haciendo ruidos molestos y que alertan a los otros animales despertándolos.

—¡Lexie suelta al pavo antes que te picotee!

Hago lo que Cayden me dice, lo suelto como si me quemara y cae al suelo retorciéndose para ponerse de pie. Me mira directamente a los ojos y camina directo a mí.

Me toman del brazo con fuerza, me voy la vuelta y corro detrás de Cayden mientras un pavo me persigue furioso con ganas de matarme.

Salimos de ahí y las luces de la casa de alado se iluminan.

Esta vez soy yo la que hecha a correr antes que él y me dirijo a su carro para subirme. Se da la vuelta, pero antes que pueda subirme siento algo presionarse con fuerza en mi nuca.

Besos Que Duelen [Besos #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora