23. Un vestido atrapa hombres

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LEXIE

Cada vez me acostumbro más a la música en español de Eider. Desde que me dieron el alta hace una semana en el hospital me la paso todo el día en cama sin poder hacer nada, con el miedo de que me lesione el tobillo y no sane por completo. Igual no lo hará.

Todo este tiempo Eider ha sido mi compañía, bueno entre comillas ya que apenas y viene a verme. Solo lo escucho practicando su español, cantando varias canciones antiguas y cuando juega online con sus amigos de Latinoamérica.

Mis padres se han tratado de turnar en el trabajo para poder atenderme y cuidarme, pero yo insistí que no era necesario descuidar la boutique solo por mí. Victoria también ha estado viniendo luego de las clases a traerme varias cartas que Cayden me manda con ella y contarme sobre los entrenamientos, aquellos ella va y toma mil fotos y videos de él corriendo repitiendo mil veces lo bueno que está y la suerte que tengo. Me tomó por sorpresa cuando me contó acerca de que Cayden se peleó con Bastian, no lo voy a negar creí que iba a pasar en algún momento, pero no pensé que iba a ser luego de algún entrenamiento ni mucho menos el mismo día en que Bastian me fue a visitar al hospital. A veces me culpo por haberle dicho que le mande saludos de mi parte a Cayden, ¡que tonta soy!

¿Será por eso que se pelearon? ¿Porque me fue a ver?

-¿Y para qué sufrir? ¿Pa' qué? Si así es la vida, hay que vivirla, la la le. -La voz de Eider no tarda en hacerse llegar hasta mi habitación e interrumpir mis pensamientos.

Suelto una risa por lo bajo al escuchar sus gallos a todo volumen. Escucho varias pisadas como si estuviera corriendo de un lado a otro en su cueva y no me resisto a levantarme para investigar qué es lo que está haciendo.

Me apoyo con cuidado de una muleta y doy saltitos en silencio tratando de hacer el mínimo ruido posible, para que no me escuche. La música suena aún más fuerte cuando abro la puerta por completo y salgo al pasadizo. Coloco una mano en la pared y con la otra me impulso de la muleta para caminar hasta la siguiente puerta, donde se encuentra mi hermano menor.

Lo primero que hago al pegar mi vista por la puerta es reprimir una carcajada lo más que puedo y con los ojos saltando de mi rostro muerta de risa.

Eider está encima de la cama bailando con unos lentes negros, de quien supongo son de nuestro padre, y baila torpemente tratando de no tropezarse con las sábanas. Sigue cantando la letra de la canción, como si estuviera en un concierto y él fuera el cantante famoso.

No sé si me da más risa el hecho de cómo lo encontré, o que su micrófono sea uno de sus juguetes que tiene de Marvel.

-Voy a reír, voy a bailar vivir mi vida la la la la voy a reír, voy a gozar vivir mi vida, la la la la -Alza una mano y agacha la cabeza, se queda en esa posición varios segundos hasta que empieza otra canción-. ¡Oh gente! No se preocupen, aquí el gran JDer está con más música para ustedes.

Esta vez una voz de mujer inunda todo el lugar y no sé qué cara poner cuando se saca los lentes en menos de un segundo, agarra una peluca que tenía al lado de la cama y Dios sabrá de dónde la consiguió, y empieza a menear las caderas de un lado a otro.

-Ayer conocí un cielo sin sol y un hombre sin suelo. Un santo en prisión y una canción triste sin dueño...

Me aparto rápidamente de la puerta en cuando dirige su mirada hacia su puerta, alarmado por un sonido diferente a su canción. Yo también me pongo en alerta cuando escucho la puerta de la entrada cerrarse. Mis papás ya han de haber llegado.

Me apresuro en llegar a mi habitación antes que se den cuenta de cómo me encuentro.

-¡Ya llegamos! -La voz de papá suena fuerte por toda la casa y la música de Eider se detiene por completo.

Besos Que Duelen [Besos #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora