LEXIE
Mi respiración cada vez se siente más acelerada, golpea dentro de mí una y otra vez. Gemidos y gritos ahogados se esconden en mi boca amarrada por la correa de Cayden. Su mano viaja por mi cuerpo hasta llegar a mi cuello y presionar con fuerza suficiente para marcarme de nuevo, recién hace poco pudo desaparecer mis chupetones para que aparezcan ahora otros.
El sonido de cuerpo con cuerpo suena en todo el lugar, inundado cada pared del vestidor para mujeres. Habíamos venido para que recoja mi vestido de dama de honor para el matrimonio de mi mamá y él insistió en acompañarme al enterarse que vendría sola, debí de suponer sus pensamientos pervertidos.
Nuestros ojos siguen unidos mientras me golpea contra el espejo y siento que en cualquier punto lo vamos a romper. Han pasado varios días desde mi último concierto y que se fuera sin despedirse de Coral. Me sorprende cuando le pregunté donde estuvo esa noche y mintió diciendo que lo pasó con Thomas viendo películas, pero decidí no darle mucha importancia. No puedo reprocharle nada. No sabiendo que soy igual o peor de mentirosa que él.
Me retira la correa con fuerza para devorarme la boca dejándola caer al suelo con el resto de nuestra ropa. Es increíble que el vestido siga colgado e intacto a un lado nuestro.
—Joder Lexie, te quiero tanto —Murmura en mis labios.
Gimo su nombre una y otra vez sintiendo el orgasmo muy cerca. Mis piernas envueltas alrededor de él se aprietan para que se clave más profundo de mí. Me muerdo los labios para no gritar cuando acelera, si alguien afuera se entera de esto sin dudas le contarán a mi madre. Son muy amigas suyas las empleadas del local.
Tiro de su cabello mientras baja la mano del cuello para golpear con él mi clítoris.
—Oh Cayden... Mierda, sí.
Muerde el lóbulo de mi oreja tirando de él.
—Dilo, Lexie.
—Soy tuya, solo tuya mi Cayden —Susurro en su oído entre gemidos— Al igual que tú eres jodidamente mío.
Solo bastan dos embestidas más para que ambos nos corramos. El temblor en mi cuerpo me sacude y sus manos grandes me sostienen desde el trasero para que no me caiga. Siento su semen derramarse dentro de mí y se siente increíble. Como si estuviera completamente llena.
Mi corazón sigue golpeando mi pecho cuando me baja con cuidado y empieza a limpiarme con los paños húmedos que traigo siempre en mi cartera para emergencias como estas. Si hay algo más que adoro del Cayden en acción, es el Cayden post acción.
Nunca me ha tratado como una puta a la cual solo usa para un polvo y la deja a un lado tirada. Siempre primero se interesa en que yo esté limpia, estable y me ayuda a cambiarme. Me hace sentir querida, adorada... Amada.
Aunque aún no usemos la palabra con "a". ¿Algún día se lo diré?
Le paso la correa cuando mi vestido corto y azul está de nuevo en mí. Trato de buscar mis bragas, pero recuerdo que Cayden las destrozó y solo son pedazos pequeños de tela.
—Me debes al menos diez bragas, animal.
Se acomoda la correa entre sus pantalones cuando suelta una risa burlona. Toma mi mentón entre sus manos y deposita un beso en mis labios.
—Te las devolveré todas algún día, cariño.
Toma mi cintura para girarme y ver mi reflejo en el espejo. Un grito ahogado se escapa de mis labios cuando veo varias manos, algunas partes empañadas y sudor pegado. Además, todo el ambiente huele a sexo puro. Muerdo mis labios mientras saco los paños húmedos para limpiar el desastre que causamos.
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Besos Que Duelen [Besos #2]
Teen FictionLexie Williams, más conocida como "Girl guitar" para sus fanáticos, es una chica que tiene una doble vida. Sí, una doble vida. Por el día asiste a su universidad, mientras que en las noches se escabulle para dar conciertos en callejones donde solo g...