Besos Que Duelen [Besos #2]

38. Secretos revelados

LEXIE

—Tengo un código 2 enorme. —Victoria farfulla a mi lado mientras caminamos por los pasillos después de que el timbre final sonara, indicando que somos por fin almas libres para siempre. Al menos hasta que consigamos trabajo.

Código 2: Pelea con papá.

Ha pasado una semana desde lo sucedido, pero al parecer Victoria sigue sin asimilar que su padre y la mamá de Cayden hayan empezado a salir. ¿Se habrán hecho un amarre? Ambos juraban que era cosa de una sola noche, pero Cayden me confirmó que fue diario no solo para que tengan sexo, iba a conversar, veían películas hasta tarde y luego él se iba. Incluso una vez trató de hablar con Cayden sobre como hacer para conquistarme más aún.

Luego que les conté a mis padres de lo sucedido con Samantha y las fotos, ellos insistieron mil veces en venir para levantar una queja y denunciar, yo les dije que lo dejen estar. Total, ya iba a terminar la carrera y lo que ella hizo fue una estupidez de niña mimada.

Les pedí que no cuenten nada a mis abuelos en cuanto llegamos, supieron aguantarse las ganas de hacerlo los dos días más que se quedaron con nosotros antes de volver a su vida en la gran ciudad.

—¿Aún no lo arreglan?

Victoria niega con la cabeza cabizbaja, la verdad ella supo que sus padres nunca estarían juntos, pero eso no significa que no le gustaba la idea de tener "una familia".

—Supongo que con el tiempo aceptaré la idea de que Cayden pueda ser una clase de hermanastro... Uy no.

Se sacude y suelto una risa por lo alto.

—¿Cómo vas con Thomas?

—Agh, no deja de escribirme. Le acepté ir a un "Escape room" una vez solo porque me gustan esas cosas, y desde entonces me quiere invitar a salir a varias partes.

—¿Y? Salgan como amigos.

No quiero que se quede sola para cuando me vaya, aunque ahora tiene a Cayden también.

—No lo sé, a veces es medio rarito.

Llegamos hasta mi casillero para que lo pueda vaciar.

—Pero inténtalo, es bueno hacer crecer tu círculo de amigos.

Rueda los ojos y cierro la puerta con el candado a medio cerrar. Le echo un último vistazo.

—No puedo creer que lo diga, pero extrañaré la universidad. —Vic murmura a mi lado.

—Yo igual. Debo ir a hablar con el profesor Valdez, pero luego nos vemos. ¿Te parece?

—Está bien, iré a casa para cambiarme. ¡Hoy por fin tenemos fiesta!

Victoria me da un beso en la mejilla y se despide de mi para luego salir con el gran grupo de estudiantes que lanzan papeles los unos contra otros.

Entro al salón vació donde el viejo profesor se encuentra con varios papeles y una laptop antigua.

—Profesor, buenas tardes.

Alza su mirada de los lentes para sonreír.

—Ahí está mi alumna estrella.

Estrecha su mano con la mía. Me aferro al cinturón de la mochila mientras deja las hojas a un lado girándolas para que no las vea. Han de ser otros exámenes finales.

—¿Y cómo me fue? Dijo que me daría la nota de mi corto.

—Así es, Lexie. Déjame decir nuevamente el excelente trabajo que hiciste.