CAYDEN
La música triste suena por toda mi habitación y estoy a punto de lanzar otro cojín desde la cama hacia Thomas quien yace en el suelo mirando al techo y tarareando la canción que suena de Bruno Mars,
—It all just sounds like ooh, ooh, ooh, hoo.
Giro los ojos y gruño, alcanzando lo más cercano que tengo a mí y le tiro en la cabeza.
Cuando llegó a mi casa lo primero que hizo fue contarme que Catalina lo dejó porque había conocido a un alemán en uno de sus viajes con sus padres y que él era mucho mejor que mi amigo. Lo único que pude hacer es darle una botella de trago, porque según él es lo que más necesitaba en estos momentos. Ahora la botella de vodka se encuentra media vacía a un lado tirada en el suelo, a su lado.
—Joder Thomas, estás cagado.
Acerca una de sus manos al rostro y lo soba, limpiándose las lágrimas.
—¿Por qué me dejó Catalina? ¿Qué me faltó? —Se lamenta mientras sigue tarareando la canción— ¡Yo le di todo lo que pedía!
—Solo no era la mujer correcta. Ya encontrarás a tu indicada que no te pida solo cosas materiales, sino que te quiera por lo que eres.
Me levanto de la cama y camino hasta él.
Abre los ojos para verme y me doy cuenta en que los colores pardos brillosos de sus ojos ahora son de un color opaco, casi tirando para negro. Esa chica lo ha destrozado por completo.
—Ninguna es como ella. —Niega con la cabeza una y otra vez, entre balbuceos. Trata de buscar la botella con sus dedos, pero la aparto—. ¿Qué diablos...?
—Ya bebiste lo suficiente para sufrir una hora —Explico—. No se va a acabar el mundo porque te deje. Además, es mejor que no conozcas a alguien como ella, si no a una mucho mejor.
Estiro mi brazo hasta tocar su mano y lo levanto en un segundo. Se toca la cabeza con sus manos y pestañea varías veces, está a punto de vomitar. Sé sus próximos movimientos siempre que bebe y se emborracha hasta el culo como para estar preparado y ya haber tenido el baño listo para él, con unas cuantas bolsas de basura por si no llegaba o en el medio del camino se cae puse protectores a las esquinas de mi habitación.
—Nunca es suficiente trago... Necesito más, para sacarla de aquí. —Sube uno de sus dedos a la cabeza y se tambalea cuando trata de acercase a mí.
Vuelvo a voltear los ojos y don un paso al costado en cuanto empieza a tener arcadas y correr hasta el baño de mi habitación. Se tropieza a medio camino y no se lastima gracias a mi método de precaución. Escucho como abre una bolsa en la puerta del baño y empieza a vomitar.
Me acerco a mi mesa de noche y tomo una de las velas aromáticas que tengo, prendiéndola con el encendedor y caminando hasta Thomas.
Ambos nos quedamos sentados, mirando a la nada varios minutos.
En ese tiempo me pongo a pensar solo en Lexie. Hace unas pocas horas le envié los tulipanes a Victoria y me había confirmado que le llegaron a Lexie, quien al parecer le encantó porque sé que estuvo releyendo una y otra vez la carta que escribí. Desearía poder estar con ella en estos momentos, contándole sobre la pobre vida de Thomas y lo mucho que la he extrañado estas semanas sin poder verla.
Por desgracia deberé esperar a que salga del hospital, o que vuelva a la universidad para verla y nos escapemos algún día.
Thomas se mueve a mi lado y mis señales de alerta se prenden cuando vuelve a lanzarse contra el inodoro.
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Besos Que Duelen [Besos #2]
Teen FictionLexie Williams, más conocida como "Girl guitar" para sus fanáticos, es una chica que tiene una doble vida. Sí, una doble vida. Por el día asiste a su universidad, mientras que en las noches se escabulle para dar conciertos en callejones donde solo g...