12. Esa no es la verdad

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LEXIE

No supe que decir en cuanto me soltaron esa bomba, esa historia que durante mucho tiempo lo guardaron en silencio y ocultaron algo tan grave por años. Por dios, mi madre había sufrido un infierno y tuvo que vivir con eso hasta el día de hoy.

No puedo ni imaginar el dolor que se ha de sentir el perder a un ser que poco a poco se estaba desarrollando dentro de sí, y aunque ella no lo supiera hasta después, el solo haberse enterado fue suficiente para que sintiera como si le hubieran arrancado algo de ella, una parte que le faltaba.

Mi reacción inmediata es lanzarme hacia ella y tirarme a sus brazos, hundiendo mi rostro en su cabello rubio y aspirando su aroma a coco y vainilla, como si eso lograra transmitir paz.

—Lo siento. —Articulo con los labios temblorosos.

Sus brazos se envuelven en mi delgado cuerpo, sujetándome con cariño. Las manos de mi padre no tardan en aparecer y acariñar mi cabeza con firmeza y amor. Los tres necesitábamos este abrazo, necesitábamos el hablar y aclarar las cosas, nos necesitábamos. Eider podrá disfrutar de ellos muchos años más, incluso me atrevo a decir que es el favorito por lo que nunca vi que discutiera con ellos, pero eso es solo mi punto de vista.

—Te amamos muchísimo, Lexie —Mamá se separa de mí tomándome las manos—. Nunca haríamos algo para lastimarte, o para darte razones a odiarnos.

—Lo sé. Tardé en darme cuenta, pero ahora lo entiendo, creo que el saber por lo que pasaron hace que los comprenda mejor.

Un destello de orgullo se refleja en la mirada de mi padre.

—Me alegra escucharte decir eso princesa.

Deposita un beso en mi frente, seguido de remover mi cabello como solía hacerlo cuando era pequeña.

Tengo un buen presentimiento de que las cosas cambiaran para mejor, que todo irá a favor del bien y de mí.

¿No?



Tanteo con mis dedos bajo la clavícula cerca de mi hombro izquierdo, esparciendo por toda el área con tinta negra tratando de tapar el tatuaje que llevo. Recuerdo que cuando inicié con los conciertos y la vida de cantante, salí con Vic a beber y yo me embriagué tanto que terminé durmiendo en un parque y un tatuaje de coral en mi pecho, sin contarles que Victoria estaba vomitando detrás de un arbusto para cuando me di cuenta. Creo que, por ese tatuaje fue que decidí llevar mi nombre a "Coral" para las personas que no sepan quien soy en realidad, o a las cuales debo de ocultarles la verdad.

Me despido de mis padres con un abrazo y a Eider le revuelvo el cabello, causando que se lance hacia mí tirando el panqueque a un lado y tratando de alcanzarme en lo que corro hacia afuera para que no me mate.

—¡Ven acá Lexie!

Giro mi cabeza ligeramente para sacarle la lengua cuando ya estoy llegando a una esquina y él sigue en pijama y sin zapatos. Río más fuerte al darme cuenta que ha pisado el popó que algún animal dejó en la acera y que pude evadirlo rápidamente.

Desacelero de a pocos y saco mis audífonos de la mochila, los conecto a mi celular y reproduzco la primera canción que me sale en mis "favoritos". La voz de Ariana Grande inunda mis oídos y aísla los ruidos externos.

Había pasado una semana desde mi arresto junto con Cayden, y el haberme enterado del pasado de mis padres. Todos estos días los pasé en mi casa, avanzando proyectos y terminando algunas tareas que me faltaban. La carrera de cine es más difícil de lo que yo creía.

Besos Que Duelen [Besos #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora