LEXIE
—¡Lo hicieron en la caseta del jardinero! —Victoria grita tirando las palomitas por toda la cama.
La callo suplicando para que mis padres no nos hayan escuchado, o el vecindario entero.
—Te dije que no hagas un escándalo. —Le reprocho.
Luego de llegar a casa lo primero que hice fue llamarla y decirle que tenía un código 9.
Código 9: Emergencia que no se puede contar por llamada.
—Y no lo hicimos. Solo nos besamos.
—Te chupó una teta. —Canturrea divertida.
—No es algo del otro mundo. —Me encojo de hombros— Además, ya lo hicimos. ¿Recuerdas?
—Sí, pero él no sabe que ya lo hicieron. Piensa que su primera vez fue con Coral.
Recordar eso me retuerce el estómago. Siempre me detengo en pensar sobre cómo reaccionará cuando se entere de esta mentira.
—¿No se dio cuenta del tatuaje cuando te quitaste la blusa? —Inquiere.
—Le dije que era una mancha de nacimiento, el corrector se me corrió por la lluvia.
—Joder Lex, no sé que esperas para hablar con él.
—El momento adecuado. —Me levanto de un salto— Solo que no lo encuentro aún. Nunca lo es para una noticia como esta.
—Pero tampoco le cuentas lo otro.
Me pongo rígida y todo mi cuerpo se tensa de pies a cabeza.
Hablar de eso me pone de malas.
—Vic, nunca nadie sabrá de eso. Es algo que no se habla aquí.
Suspira al entender lo que le quiero decir.
—Está bien. Lo siento.
Empiezo a recoger las palomitas en silencio, hasta que su voz lo rompe.
—Así que, ¿la tiene grande?
Casi me tropiezo con mis zapatos al lado de la cama al escuchar su pregunta, estalla en carcajadas cuando me giro para verla con los ojos muy abiertos al igual que mis labios.
Justo cuando estoy a punto de responder, la puerta se abre de golpe y ambas saltamos asustadas como si el mismísimo diablo estuviera de pie ahí.
—Carajo Eider, no hagas eso. ¿Sabes lo que es tocar la puerta?
—Mamá te llama. —No me hace caso, mira a Victoria— A ti también.
Ambas nos miramos sin entender nada.
—Dile que ahora bajamos.
Se cruza los brazos y niega con la cabeza.
—Si ya van a ir ahora por qué le diré yo entonces. Se lo puedes decir mientras bajas.
Sin más que decir da media vuelta y camina hasta su habitación cerrando de un portazo.
—Eider a veces me da miedo. —Victoria se pone de pie con cautela, como si aún estuviera viéndonos, aunque no sea así.
—¿A veces? Es un demonio. Si te cuento que me desperté ayer con su tarántula en mi cama queda corto con lo que me hizo en mi cumpleaños.
—Definitivamente.
El recuerdo de aquella noche aparece en mi mente haciéndome temblar y casi orinarme en mis pantalones.
Para mi cumpleaños número diecinueve mis padres habían reservado una cena en el restaurante donde la comida es la más deliciosa y no solo eso, sino que te la ponen aún cocinándose con el fuego inflamado al medio de la mesa y un chef que lo va cocinando y sirviendo.
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Besos Que Duelen [Besos #2]
Teen FictionLexie Williams, más conocida como "Girl guitar" para sus fanáticos, es una chica que tiene una doble vida. Sí, una doble vida. Por el día asiste a su universidad, mientras que en las noches se escabulle para dar conciertos en callejones donde solo g...