Besos Que Duelen [Besos #2]

15. No tienes que decir exactamente lo que hiciste

LEXIE

—Creo que soy lesbiana.

Me atraganto con el pedazo de pollo que me metí a la boca y empiezo a toser como desquiciada.

Victoria toma un trago de su coca-cola al lado mientras me mira de lo más tranquila.

—¿En serio? —Pregunto, limpiándome con un dorso de la mano los labios.

Se alza de hombros.

—No sé, no veo tan atractivo a muchos hombres fuera de los famosos, y ahora ultimo no puedo dejar de verle las tetas a las chicas.

Por instinto alzo mis manos a mis pechos, tapándolos y suelta una carcajada.

—Solo bromeo. —Me río— ¿Por qué me dices esto de repente?

Juega con un pedazo de papa frita remojándolo en el kétchup y luego combinándolo con la mayonesa.

—No sé, solo tuve ese sentimiento de que te lo quería comenta, ¿sabes?

Asiento.

—Bueno, gracias por hacerlo.

—Sí, igual y no estoy segura, pero por el momento creo eso.

Sonrío. Cojo mi celular que se encuentra cargando y decido mandarle un mensaje a Cayden.

"Hoy nos vemos para almorzar? O para cenar, no me complico😉"

Me llevo un pedazo de papa a la boca y el crujir hace que cierre los ojos por puro deleite. Que delicia.

—¿Qué tal todo con Cayden? —Pregunta de repente.

Abro los ojos y paso con dificultad.

—Si hablas de Lexie y Cayden, todo bien.

—¿Y Coral?

La miro, dejo el celular de nuevo en su sitio.

—Le dije que ya nunca más se podían volver a ver.

Suspira.

—¿Hice bien?

—Lo hiciste, Lex. Ya no puedes seguir jugando con él de esa manera y tarde o temprano se va a enterar de quién eres. Es mejor que no pase algo peor hasta que tú hables con él.

Enrollo mi cordón de la polera que me regaló entre mis dedos. Luego de anoche no pude dejar de llorar por sentirme una mierda, que lo había lastimado. Pensará que Coral nunca lo quiso y que solo lo usó para una noche. ¿Me estará odiando?

Digo, ¿la estará odiando?

Pero sin dudas me duele más el que a ambas nos ve de diferente manera, y no sé a quién de las dos prefiera más.

Esa es una respuesta que tal vez me duela el doble.

—Tienes razón, pero igual no puedo sentirme mal. ¿Cómo podré verlo hoy durante las clases mientras que sé el dolor que le causé anoche?

—¿Hice algo mal?

Cierro los ojos al recordar cómo su cara de felicidad cambió a una de sorpresa y tristeza al segundo.

Siento los dedos fríos de Victoria acariciando mi mentón y abro los ojos levantando la cara. Su rostro se acerca al mío y pega su frente junto con la mía.

—Todo estará bien, ya lo verás. Yo siempre estaré contigo Lex, eres mi familia y te apoyaré pase lo que pase.

Sonrío.