43. Ahora estoy recuperando mi vida

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LEXIE

Tomo el chocolate caliente entre mis manos y le doy un sorbo, Victoria trata de terminar su sudoku al otro lado de la mesa y resopla mientras borra los garabatos que lleva haciendo hace más de media hora.

Diciembre había llegado más rápido de lo que alguna de nosotras pensó o siquiera esperó. Mi cumpleaños estaba dando la vuelta de la esquina y en lugar de preocuparnos por la fecha tan especial, no hacíamos nada.

—Estoy a punto de romper este maldito cuaderno, lo juro.

—Vic, no puedes darte por vendida tan pronto... ¡Solo has hecho uno!

Y Pamer le había dado el más básico, incluso un bebé salía en la portada mostrando el nivel "junior".

—Sí, pues. No puedo.

Deja caer el cuadernillo junto con el lápiz contra la mesa. Niego riéndome y los pasos de la tía resuenan acercándose.

—¿Ya se rindió?

—Sí.

—No me rendí, solo lo dejé porque es imposible hacerlo.

—Te rendiste, Victoria —Pamer se cruza de brazos soltando una risa—. Es lo mismo.

Su hija farfulla mientras le da un sorbo a su chocolate casi intacto que recién pudo tomar por estar tan enfocada en avanzar el cuadro de números.

—Está delicioso el chocolate tía, deberías de darle la receta a mi madre para que le salga igual... A veces creo que no se mide con el azúcar. —Lo último apenas sale en un susurro.

—¡Te escuché! —Mamá grita desde la cocina.

Habíamos venido para ver los preparativos de mi pequeña y cómoda reunión de cumpleaños, pero como lo repito: Victoria y yo no nos preocupaba lo más mínimo.

Yo ya sabía cómo quería que fuera.

Bastian me mandó un mensaje indicándome que sí podía asistir a mí cumpleaños, tenía miedo que no fuera por lo ocupado que estuvo los últimos días y me sorprendí en grande, con mayúsculas y todo, cuando me comentó que iría con una chica.

¿Bastian con una chica? Eso era algo que sin dudas quería ver.

—Iremos a comprar algunas cosas, alístense chicas.

—Claro mami. —Victoria le respondió.

Terminamos rápido los chocolates y yo por mi parte quise avanzar el sudoku. En cinco minutos ya había terminado un cuadro.

—Sigo diciendo que hiciste trampa.

Victoria llevaba todo el camino caminando desde su casa hasta la plaza repitiendo que busqué alguna solución en mi celular.

Habíamos visitado cuatro tiendas, y seguía con la idea en la cabeza.

—No, solo que es estrategia. Luego te enseñaré como hacerlo.

Mamá y Pamer nos llevaban la delantera conversando con algunas bolsas llenas de ropa en ambos brazos. La única bolsa que yo traía era de mi vestido al igual que Victoria, solo que su bolsa pesaba más porque se emocionó con algunos conjuntos.

—Bien, pero si me entero que es con trampa no vuelves a tocar mi sudoku nunca más. —Amenazó alzando su dedo en mi dirección.

—Claro.

Seguimos caminando unos metros más hasta que nuestras madres se detuvieron.

—¿Qué sucede? —Pregunte.

Besos Que Duelen [Besos #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora